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Adoptado por el Consejo de la Federación de los Sindicatos Médicos de L'Herault
I. Si el médico tiene el derecho de pretender la estimación de sus colegas y la efectiva gratitud de sus clientes, él debe, para ser digno, inspirar todos sus actos en los principios que constituyen la esencia de la deontología. Es de la incumbencia de los sindicatos médicos, guardianesde las tradiciones que son el honor de la profesión, formular las reglas generales, y vigilar, en los casos necesarios, su estricta aplicación,
A. Deberes del médico para consigo mismo
II. Antes de todo, el médico se debe a sí mismo, como debe a la corporación de que forma parte, la obligación de ser un perfecto honesto hombre. A este título, debe abstenerse de toda forma, mismo indirecta, decharlatanismo, que en el fondo, tiene por objeto la explotación de la credulidad pública: usurpar títulos o engañar al público con el valor de los que se posee, recurrir para llamar la clientela, a una publicidad extramédica y cuyo valor el enfermo no puede conocer, son gestos esencialmente incorrectos.
III. Son igualmente condenables todos los medios que tienden a la edificación de unasituación profesional por otros procedimientos que no sean la ciencia y la abnegación, solas bases de toda notoriedad legítima y durable. Así, son prohibidos todos los actos de regateo o de connivencia, comisiones o gratificaciones a los buscadores de enfermos, hoteleros, comadronas; asociación o repartición de beneficios con las mismas personas; aceptación de una comisión por la prescripción demedicamentos o aparatos, por el envío a un sanatorio o a un balneario. El carácter clandestino de tales procedimientos demuestra suficientemente que los mismos autores los consideran inconfesables.
IV. El acuerdo con los empíricos, bajo forma de prescripción de remedios secretos, o la colaboración con los curanderos o los sonámbulos, constituye más que una incorrección, pues es castigado por el CódigoPenal como delito de complicidad de estafa.
B. Deberes de los médicos para con la clientela
V. Excepto el caso en que el espíritu de humanidad lo exija, los de compromisos anteriores o
de requerimiento judicial, el médico tiene el derecho de rehusar sus cuidados a un enfermo.
Por el contrario, desde que él acepta atenderlo, contrae ciertas obligaciones.
VI. El enfermo espera los mejorescuidados, razón por la cual, el médico tiene la obligación
de estar al corriente del movimiento científico; toda negligencia de su parte puede ser
considerada como una falta.
Cualquiera que sea la posición social del cliente, la frecuencia de las visitas, salvo demanda expresa de los interesados, será función relativa a la gravedad del caso. Es tan criticable el espaciar o acortar los exámenes,como multiplicar visitas y prescripciones, o inducir a consultas o intervenciones evitables. El médico debe ser sumamente escrupuloso sobre este punto, tanto más, que la mayoría de las veces no tiene otro contralor que el de su conciencia.
VII. Confidente obligado del enfermo, el médico está obligado a guardar el secreto de todo lo que él ha visto, entendido o comprendido del hecho de suprofesión. Esta discreción debe ser observada hasta en los libros de cuentas, en la redacción de las observaciones científicas o de los certificados de defunción.
VIII. El enfermo tiene el derecho de exigir la verdad en lo que concierne a su estado; en
particular puede pedir todos los certificados que considere necesarios, con obligación para el
médico de no hacer constar sino las comprobacionesrigurosamente exactas. Un certificado
de complacencia constituye una falsa declaración.
C. Deberes del médico para con las colectividades
IX. Públicas o privadas, diversas colectividades requieren el concurso del médico. Solicitado
para entrar en relaciones con ellas, debe dirigir su interlocutor al sindicato del cual forma
parte, que es el solo autorizado y que tiene la independencia necesaria...
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