Cojudeces De Viejo

COJUDECES DE VIEJO.
Hoy día 26, después de Navidad abrace a mi hija con gran cariño. Se iba de viaje a la ciudad imperial a casa de una amiga con mi pequeña nieta. Por vacaciones de año.

“Allí comoplantado en el suelo junto a los demás padres de familia que despedían a sus hijos por la excursión”.

Sentí la misma emoción de hace casi 25 años cuando a mi hijo lo llevaban de excursión a unlugar en las afueras de Huancayo y era la primera vez que mi hijo se alejaba de noso_ tros. Era como si se desprendiese parte de uno mismo y viendo el ómnibus donde él partía con sus compañeros de aula,profesores y auxiliares. En una caravana de ómnibus.
En la tarde llegue antes que volviere la caravana. Precipitado a recibir al hijo para ver que era cierto que solo se fue de paseo, estaba tambiéncon el grupo de padres de familia, expectante a la llegada y luego de todo, a la casa otra vez.

En otras oportunidades también iba a despedirle, porque iban cada año al mismo lugar, como 20 kilómetrosde distancia, para ver la piscigranja, tomar helados de la planta lechera, ver los sembríos de alcachofas y un bosque lleno de árboles de eucaliptus. Y esperando que bajare del ómnibus, no apareció.Sorprendido averigüe a sus profesores y me explicaron que como el carro pasaba cerca de mi casa, se había bajado en el jirón Bolognesi, que es un paradero para tomar las diferentes líneas detransportes.

En la empresa organizaban estos eventos similares, son para que los trabajadores se conozcan, hablen con quienes no tienen oportunidad durante todo el año de labores y también intercambienexperiencias abiertamente o solo se tiren sus jamones de algunas cosas. Pero indudablemente no se van a un paseo cándido e inocente, sino a una peña, un bar gigante con orquesta y las buenas amigas cariñosaso simplemente a un campeonato de fulbito.

Hoy lo cuento como una trivialidad de la vida, que hay de recibir como eso. Pero sentí esa sensación de impotencia y no tener reacción. Será tal vez que...