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Jesús, en sus parábolas, describe diversas situaciones de exclusión que se manifiestan en las relaciones de los seres humanos.  Así por ejemplo, un hombre rico excluye al pobre Lázaro del banquete de la vida (Lc 16,19-31); también es excluyente la actitud del fariseo que agradece a Dios no ser como el publicano pecador que detrás de él oraba arrepentido (Lc 18,9-14).
  Pero el Maestro enseñatambién con parábolas el arte de incluir. Una de ellas es la del Buen Samaritano (Lc 10,29-37), en la cual nadie en todo estamento social y religioso queda inmune de caer en actos y conductas que excluyen. No solo las limitaciones o mezquindades humanas pueden a veces justificarlas, sino también influyen condicionamientos o tradiciones religiosas, como sucede con el sacerdote o el levita de laparábola. El auténtico discípulo del Evangelio es el que refleja la misma compasión de Jesús por su gente y busca “tener entrañas de misericordia” para con todo prójimo (Lc 10,37).
  Incluir, entonces, a la luz de la Palabra de Dios, significa tener la sensibilidad de ver, sentir y acoger las necesidades de los otros, porque ellos son de “mi propia carne” como dice Is 58,7: “comparte tu pan con elhambriento, alberga a los pobres sin techo, cubre al que veas desnudo y no te despreocupes de tu propia carne”.  
“Construir una historia sin excluidos” es compartir, mirar al futuro, darnos la posibilidad del cambio y una más profunda sensibilidad social; es forjar una mentalidad de esperanza para que los muchos dones que todos hemos recibido, puedan transfigurar nuestra Patria en TierraPrometida para la dignidad, la fraternidad y la inclusión.
La Patria es un don que hemos recibido, la Nación es una tarea que nos convoca y compromete nuestro esfuerzo. Asumir esta misión con espíritu fraterno y solidario es el mejor modo de celebrar el Bicentenario de nuestra Patria” (Declaración CEA, “La Patria es un don, la Nación una tarea”, 10/03/2010, n. 4).
 Mons. Ramón Alfredo DusDepartamento de Pastoral Bíblica
CEA
LES PROPONEMOS QUE EN FAMILIA LEAN Y REFLEXIONEN LOS SIGUIENTES TEXTOS BÍBLICOS:
LUCAS 15, 1-3. 11-32
Respondemos:
1. ¿cuál es la actitud de los personajes: el Padre, el hijo menor y el hijo mayor?
2. a nivel personal: ¿soy de malgastar (hijo menor) o soy de los que se irritan con los demás (hijo mayor)?
3. en nuestra familia: ¿cómo tratamos a losmás necesitados?
4. En nuestro país: ¿qué tipos de exclusiones vivimos? ¿Estamos construyendo una patria de hermanos? ¿Por qué?

EL PADRE AMA LA VIDA, EL COMPARTIR, Y PARA ELLO RECONSTRUYE LA RELACIÓN CON EL HIJO QUE HA MALGASTADO LOS BIENES, E INVITA A PARTICIPAR AL QUE SE CIERRA EN SÍ MISMO.

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Jesús, en sus parábolas, describe diversas situaciones de exclusiónque se manifiestan en las relaciones de los seres humanos.  Así por ejemplo, un hombre rico excluye al pobre Lázaro del banquete de la vida (Lc 16,19-31); también es excluyente la actitud del fariseo que agradece a Dios no ser como el publicano pecador que detrás de él oraba arrepentido (Lc 18,9-14).
  Pero el Maestro enseña también con parábolas el arte de incluir. Una de ellas es la del BuenSamaritano (Lc 10,29-37), en la cual nadie en todo estamento social y religioso queda inmune de caer en actos y conductas que excluyen. No solo las limitaciones o mezquindades humanas pueden a veces justificarlas, sino también influyen condicionamientos o tradiciones religiosas, como sucede con el sacerdote o el levita de la parábola. El auténtico discípulo del Evangelio es el que refleja la mismacompasión de Jesús por su gente y busca “tener entrañas de misericordia” para con todo prójimo (Lc 10,37).
  Incluir, entonces, a la luz de la Palabra de Dios, significa tener la sensibilidad de ver, sentir y acoger las necesidades de los otros, porque ellos son de “mi propia carne” como dice Is 58,7: “comparte tu pan con el hambriento, alberga a los pobres sin techo, cubre al que veas desnudo...