colmillo blanco
Ese día, cuando me desperté tuve ganas de jugar a un juego. A cada animal que se me acercara, le diría unas palabras aprendidas y ¿saben qué?Cuando empecé a jugar, me di cuenta que resultaban ser palabras mágicas. Todos me sonreían y me trataban con la misma dulzura, todos menos el gallo Claudio, que era tanantipático… por más amabilidad que uno tuviera, él no se aflojaba para nada.
Pero, bueno, ya aprendería a escucharlo mejor a conocerla un poco más en fin , lo único que me importabaera que pasara el tiempo para que llegara la hora de mi próximo sueño.
Por fin llegó el momento, y, lleno de alegría fui a mi hueco para prepararme. Cuando a parecí en mi salónde clase, para mí sorpresa, no encontré a nadie. Esperé y esperé, y nada, sólo un baúl , como los de los cuentos de piratas, y yo. Del baúl salían luces que brillaban parecíauno de esos baúles dónde se guardan tesoros y, como nadie me miraba, me fui acercando despacito, despacito. Tenía muchísima intriga de saber cuál era el tesoro que guardaba.¿De quién sería?¿Para qué estaría allí?¿Estaría bien que lo abriera sin permiso?. Todo esto me iba preguntando mientras me acercaba nada más . Miré a un lado, miré para el otroy ¡me decidí! Abrí la tapa , estiré mi largo cuello y me asomé a ver qué había. Y … ¡¿sabes qué ví…!? En el fondo de todo, estaba la cabeza de un caballito idéntico a mí, queademás ¡¡¡se movía!!!y era igualito a mí.
¡Me dí un susto terrible! Pero, tenía tanta curiosidad por saber quién era ese mellizo mío , que volví a asomarme y… ¡allí estaba!¡Mirándome con cara de asombrado! Yo me movía para un lado… y él hacía lo mismo… Movía la oreja y ¡también lo hacía!... entonces me dije: ¨ Con esto lo voi a embromar
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