colombia Paz
Creado en Lunes, 04 Noviembre 2013 02:15
Ahora que se discuten los escenarios de la paz y del posconflicto en Colombia es indispensable incluir el problema de la persecución a las drogas ilícitas dentro del debate. ¿Desde qué perspectivas abordarlo y cómo no caer en los errores del pasado?
Rodrigo Uprimny* - Diana Guzmán**
El alimentodel conflicto
El tráfico de drogas y la violencia asociada con el mismo han jugado un papel central en el conflicto armado colombiano. Por ello no es extraño que hoy uno de los puntos de la agenda de negociación entre el Gobierno y las FARC sea la “solución al problema de las drogas ilícitas”.
La pregunta es entonces cómo las partes habrían de abordar el debate y hasta dónde podrían llegar en esteasunto. Dado que el tema es jurídica y políticamente complejo, es importante empezar a aclarar el panorama. Como un intento de contribución, en este artículo identificamos cinco tesis básicas que serían premisas para el debate, y luego las aterrizamos en cinco propuestas para la agenda futura.
Presupuestos del debate
1. En primer lugar, las negociaciones no podrían desconocer que elprohibicionismo ha fracasado. Las políticas de drogas desarrolladas por los Estados, y sustentadas en un régimen de fiscalización internacional que le apuesta a la prohibición de la producción, distribución y tráfico de estupefacientes han mostrado ser ineficaces y altamente costosas en términos de derechos humanos.
Así, por ejemplo, aunque las medidas y acciones punitivas han venido en aumento, las redesde tráfico siguen funcionando y quienes acaban por pagar largas sentencias en las cárceles alrededor del mundo son los eslabones débiles de las cadenas de comercialización.
El fracaso de estas políticas es estructural y, de hecho, no podría ser de otra forma, pues están afectadas por el “efecto globo”, ya que un éxito geográficamente localizado frente a las redes de producción y distribución soloimplica el desplazamiento de la misma a otra zona del mundo, pero no su eliminación.
El objetivo de tener un mundo libre de drogas es irrealizable y solo ha generado enormes costos para las democracias modernas, pues ha implicado violaciones graves de los derechos humanos.
El objetivo de tener un mundo libre de drogas es irrealizable y solo ha generado enormes costos para las democraciasmodernas, pues ha implicado violaciones graves de los derechos humanos.
2. Las partes en la negociación deberían reconocer los enormes costos que ha tenido que pagar Colombia por las políticas prohibicionistas que ha adoptado en materia de drogas de uso ilícito.
La lucha contra el narcotráfico, por ejemplo, ha conllevado enormes costos económicos y democráticos para Colombia, pues ha justificado lalimitación de garantías procesales y la adopción de penas desproporcionadas.
3. El tercer presupuesto es metodológico y se funda en la distinción propuesta por Ethan Nadelman y Louk Hulsman entre problemas primarios y secundarios de las drogas de uso ilícito. Mientras que los primeros resultan directamente del consumo de dichas sustancias, los segundos surgen de las políticas adoptadas por losEstados para controlarlas.
Al tomarse en serio la distinción, se hace evidente una paradoja, pues el narcotráfico, lejos de ser un problema primario de las drogas de uso ilícito, es un problema secundario, pues se deriva de las políticas prohibicionistas, ya que son estas las que crean un mercado lucrativo y los incentivos para participar en el mismo.
Colombia debería apostarle a la adopción deestrategias diferentes, que pasen, como lo está haciendo Uruguay, y como se ha hecho frente al tabaco, por hacer el consumo legal y regular la distribución.
Metodológicamente, entonces, una política sensata debería reconocer esta distinción y adoptar medidas que enfrenten los problemas primarios, sin causar o minimizando los problemas secundarios.
4. Frente a las constataciones anteriores,...
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