Colores
La crisis de la institución escolar es sólo reflejo de otras crisis más profundas en la sociedad. Las hipótesis son tres: desaparición, reforma o continuidad de la escuela. La continuidad no es sostenible, dadas las muchas inculpaciones objetivas que se formulan contra la escuela, la cual produce una disociación entre la vida real y el mundo ficticio en el que sedesenvuelve; al menos a de reconocerse el desfase de la escuela, su anacronismo y su empecatada existencia.
Fue Edmond Gillard quien en la década de los setenta se opuso a la simple reforma escolar, yendo más allá, hasta pedir la desaparición de la misma institución educativa. La guerra a la escuela está justificada por dos razones: la imposibilidad de cumplir sus fines con la mera reforma de losburócratas de la enseñanza y la falta de autoridad en los adultos educadores, que quieren manipular pero no liberar.
J. Krishnamurti va más allá de Gillard, y es uno de los primeros en elaborar una contestación absoluta, pidiendo la desaparición de la escuela. Comenzó criticando la educación y el miedo despertado en la escuela, que impide la verdadera educación, para terminar sumándose al coro decuantos piden la desaparición de la institución escolar. Krishnamurti está inconscientemente impelido por dos motivos: la cultura india de que procede y el ambiente de tercer mundo en que ha vivido.
Ivan Illich, La sociedad desescolarizada (1971), fue Su libro más aclamado, una crítica a la educación tal y como se lleva a cabo en las economías "modernas". Lleno de observaciones críticas sobrelos planes de estudios de su tiempo, el libro puede parecer desfasado, pero sus afirmaciones y propuestas básicas siguen siendo tan radicales hoy como lo fueron en su momento. A través de ejemplos reales sobre la naturaleza ineficaz de la educación escolarizada, Illich se mostraba favorable al auto aprendizaje, apoyado en relaciones sociales libremente intencionadas en encuentros y conversacionesfluidas e informales:
La educación universal por medio de la escolarización no es factible. No sería más factible si se la intentara mediante instituciones alternativas construidas según el estilo de las escuelas actuales. Ni unas nuevas actitudes de los maestros hacia sus alumnos, ni la proliferación de nuevas herramientas y métodos físicos o mentales (en el aula o en el dormitorio), ni,finalmente, el intento de ampliar la responsabilidad del pedagogo hasta que englobe las vidas completas de sus alumnos, darán por resultado la educación universal. La búsqueda actual de nuevos embudos educacionales debe revertirse hacia la búsqueda de su antípoda institucional: tramas educacionales que aumenten la oportunidad para que cada cual transforme cada momento de su vida en un momento deaprendizaje, de compartir, de interesarse.
Confiamos en estar aportando conceptos necesarios para aquellos que realizan tales investigaciones a grandes rasgos sobre la educación --y asimismo para aquellos que buscan alternativas para otras industrias de servicio establecidas.
Las últimas frases dejan claro lo que el título sugiere: que la institucionalización de la educación marca una tendenciahacia la institucionalización de la sociedad, y por el contrario las ideas de des-institucionalización de la educación podrían ser un punto de partida hacia la des-institucionalización de la sociedad. Y ahí es donde la radicalidad de sus ideas queda clara. Como pensador holístico, con una inteligencia formidable y una erudición cultural amplísima, Illich siempre planteó sus análisis en los términosmás amplios posibles, pero precisos y certeros en sus críticas.
El libro es más que una crítica, pues contiene propuestas en positivo para reinventar el aprendizaje a lo largo de toda la sociedad y de toda la existencia de cada individuo.
La institución escolar de acuerdo con las palabras propias de Illich nos ahorrarán introducciones y comentarios
Definía escuelas como “el proceso que...
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