Comencemos Por Lo Feo
Los formadores de opinión pública no se quedan atrás en la competencia por el desencanto. La declaración más grave es, sin duda, la idea de que los electores son idiotas. Desde allí se justificanlas campañas que se agotan en la coreografía y el selfie farandulero, o los debates convertidos en confrontaciones plagadas de iniciativas efectistas y carentes de visión programática, o los análisissesgados que convierten al elector (del otro bando) en un ser inmoral o vulgarmente pragmático. Estas reacciones, que tienen asidero en nuestra subdesarrollada cultura política, envilecen aún más eldeteriorado escenario público, en la medida que se comparten sin matices y lejos de la autocrítica respectiva. Cuando unos son basura para los otros, y viceversa, todo se contamina y no hay salida paralas buenas intenciones. Una tragedia autocumplida.
Sigamos con lo malo. Estas elecciones muestran el sostenido deterioro de todos los actores políticos, tanto de los partidos políticos como de losmovimientos locales y regionales. Pero eso ya lo sabíamos. Lo verdaderamente malo reside, según vemos, en la incapacidad de izquierdas, centros y derechas de revertir la bola de nieve del desprestigio. Enestos días, vemos cómo vuelan los cuchillos al interior de cada grupo y vemos también cómo las descalificaciones abundan contra los diferentes voceros de Cajamarca y San Isidro, Chorrillos y Puno,Lima y Moquegua. Lejos de manifestar una voluntad resiliente, se suceden autocríticas, hartazgos y renuncias.
De esta forma, se hacen invisibles las autoridades que han sido premiadas con la merecida...
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