Comentario Crítico de "La Tierra Sin Mal" de Hélène Clastres

Comentario Crítico de “La Tierra Sin Mal” de Hélène Clastres
Julián Jaraj-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
El trabajo titulado “La tierra sin mal” de la autoría de Hélène Clastres es un ensayo antropológico interpretativo de las realidades en los diferentes pueblos pertenecientes a la cultura tupí-guaraní.
Enesta obra se trabajan simultáneamente las categorías políticas, geográficas y espirituales/religiosas de las etnias tupí-guaraníes en un desarrollo que incluye diversas intencionalidades y objetivos. Desde el análisis histórico más formal (en términos de cronología) hasta el interés de la comprensión de los valores simbólicos propios de esta cultura, interpelados por el contacto con los invasoresblancos/europeos, “La tierra sin mal” constituye un trabajo de una admirable originalidad y de un enorme valor en términos de las ciencias sociales.
Resulta imprescindible entender al mencionado trabajo en conjunto con la obra del antropólogo Pierre Clastres, esposo de Hélène. Ambos antropólogos dedicaron su trabajo al estudio de las sociedades y pueblos originarios del continente americano,habiendo vivido entre varios de ellos en territorios de varios países de Latinoamérica (Venezuela, Paraguay y Brasil) y desarrollando marcos conceptuales sumamente interesantes e innovadores en la visión de la sociedad occidental para con los amerindios. Partiendo de una ideología que podría categorizarse como anarquista (corriendo el riesgo de una explicación un tanto ambigua y simplista) losClastres dedican su obra, en parte, a discutir con las posiciones euro-etnocéntricas del evolucionismo civilizador. Así, tanto Pierre como Hélène, exponen posiciones contrarias a la tradición europea que al Estado como mecanismo único e ineludible de organización para cualquier sociedad que tenga pretensiones de ser ‘civilizada’.
Es allí, quizás, donde el interés por los pueblos y la culturatupi-guaraníes toma un interés fundamental, ya que es en su espiritualidad, en la búsqueda de la llamada ‘Tierra sin mal’ donde dicha cultura puede entenderse en términos de lo que el propio Clastres definía como “Sociedades contra el Estado”, es decir, a contramano de los planteos clásicos del pensamiento de la modernidad occidental, no son sociedades sin estado a secas, sino que están opuestas al estado yluchan activamente para su no constitución:
“¿Es necesario volver a preguntarse dónde está el mal del que la tierra está precisamente exenta? La Tierra Sin Mal primero nos es descripta como un lugar de abundancia: el maíz crece solo, las fechas van por sí mismas a la caza… Opulencia y esparcimiento infinitos. No más trabajo, en consecuencia: danzas y borracheras pueden ser las ocupacionesexclusivas. No más reglas de matrimonio […].
Es decir que el mal – trabajo, ley – es la sociedad. La ausencia de mal – la Tierra sin mal – es el contraorden”
Pensando ahora específicamente en el trabajo de Hélène al que hace referencia el presente comentario, se da importancia a la situación de los pueblos tupi-guaraníes ante el contacto con los europeos y en su historia ‘post-colombina’. Quizás lomás interesante de este análisis sea que se separan según la ubicación geográfica a las diferentes tribus/comunidades dando cuenta de las diferentes consecuencias que surgieron tras la llegada de los europeos. En el caso de los pueblos tupí del litoral, por ejemplo, el contacto con los blancos da como resultado la progresiva desaparición de estas comunidades, siendo sometidas por la furiosacolonización.
Otro caso sería el de los pueblos guaraníes que habitaban el territorio que actualmente corresponde a la República de Paraguay, los cuáles habrán de quedar sometidos en las misiones (o reducciones) jesuitas, desde las primeras décadas del siglo XVI hasta 1768 cuándo la corona española decide expulsar a la Compañía de Jesús de todos los territorios del entonces imperio. La situación de...