Comentario de texto manuel vicent

Respuesta.
El texto que tenemos que comentar resulta bastante sorprendente, tanto por
lo que dice como por cómo lo dice, es decir, por el tono empleado, lleno de ironía y
humorismo.
Ya desde el principio, con la primera oración (Con el mando a distancia en la
mano, a modo de cetro, repantigado en el sofá frente al televisor, cualquiera puede
sentirse un pequeño dios), el texto nossorprende. El hablar del mando de la televisión
como cetro, es decir, como símbolo de poder, nos podría hacer pensar en que el texto
iba a girar en torno a la “batalla” en cada hogar por hacerse con el dominio del mismo,
en un salón con toda la familia reunida. Quien tiene el mando, tiene el poder. Y eso era
verdad hasta hace poco, hasta que en cada casa hubo tantos mandos como televisiones,
y tantastelevisiones como habitaciones o habitantes. La república independiente de
cada casa se ha convertido en un estado de autonomías, como el español, con leyes,
normas y hasta lengua propia, donde la libre circulación de una comunidad a otra
empieza a verse seriamente dificultada. ¡Qué difícil debe ser para la abuela el tránsito
desde su habitación, llena de estampas de santos y fotos en blancoy negro, a la de su
nieto, forrada de posters ininteligibles que representan una realidad que no es la suya, y
llena también de inmanejables aparatos.
Pero, es que el poder del que habla el texto no es el poder de quien tiene el
mando sobre los habitantes de la casa, sino el poder sobre el mundo. La pantalla es el
mundo. Hoy sólo existe lo que se refleja en ella. Y lo que no aparece entelevisión no
existe. Sin más. No existe Luis Cernuda, ni jamás existió. Ni Lorca, ni mucho menos
Lope de Vega o Cervantes. Sin embargo sí existen Belén Esteban, Pocholo o Dinio. Y
el poder que nos proporciona el mando es el de borrar ese mundo, quitarlo de nuestra
vista, matar a sus habitantes, hasta que decidamos volver a resucitarlos, o hasta que
un error en nuestro viaje por otros mundos, quees “hacer zapping”, nos lo devuelva,
aunque sea involuntaria y fugazmente.

El mando es un antídoto, lo último que se lleva en materia de opiáceos, toda
una terapia, que nos proporciona la capacidad para borrar de nuestra vista aquello que
nos desagrada. El mando nos permite nuestra pequeña venganza, un íntimo desplante
que sólo contemplamos nosotros ante individuos impresentables, salvo quelos seres
que borramos de nuestra vista se preocupen por comprobar los índices de audiencia.
¡Cuántas veces hemos dicho mientras cambiamos de canal ¡anda y que te den!
Es interesante, por otro lado, comprobar qué es lo que piensa Manuel Vicent de
los personajes que aparecen en televisión. A casi todos los trata con desprecio. Aunque
los términos no parezcan connotados negativamente en símismos (presentador, por
ejemplo), los incluye a todos en la misma categoría: carne de cañón. Están el rey, el
político, el líder de opinión, el presentador, el payaso, carne de cañón todos para el
autor, y luego el resto de esa carne, entre ellos el presidente del gobierno y el jefe de la
oposición, personajes que lo único que proporcionan para el autor es sólo el placer de
despreciarlos yvolver a borrarlos del mundo.
Otra cuestión que el texto trata con muchísima inteligencia es la posibilidad
que tenemos desde hace relativamente poco tiempo para colarnos en el mundo de la
televisión y en mitad de un debate político, económico, deportivo, del corazón, de una
entrega de premios, etc. dejar nuestros comentarios t veo sta noxe; t keda m bien el
tanga rojo. XD; Pitu devuélveme lasyaves del coxe. Y ello entre la crisis, paro, daños
colaterales de guerras próximas o lejanas, o imágenes de cualquier clase.
El autor no menciona, podría haberlo hecho para completar el desolador
panorama del mundo de la televisión, que con nuestros mensajes colaboramos en la
subvención a los programas y pagamos el caché de alguna de la carne de cañón, como
serían los “opinadores"; me refiero...