COMENTARIO DESCARTES
Yo había advertido desde mucho tiempo antes, como he dicho más arriba, que, en lo que atañe a las costumbres, es necesario a veces seguir opinionesque se saben muy inciertas como si fuesen indubitables; pero, desde el momento en que me propuse entregarme ya exclusivamente a la investigación de la verdad, pensé que debía hacer todo lo contrario yrechazar como absolutamente falso todo aquello en lo que pudiera imaginar la más pequeña duda, para ver si después de esto quedaba algo entre mis creencias que fuese enteramente indubitable. Asífundándome en que los sentidos nos engañan algunas veces, quise suponer que no había cosa alguna que fuese tal y como ellos nos la hacen imaginar; y, en vista de que hay hombres que se engañan al razonar ycometen paralogismos, aun en las más simples materias de geometría, y juzgando que yo estaba tan sujeto a equivocarme como cualquier otro, rechacé como falsas todas las razones que antes habíaaceptado mediante demostración; y, finalmente, considerando que los mismos pensamientos que tenemos estando despiertos pueden también ocurrírsenos cuando dormimos, sin que en este caso ninguno de ellos seaverdadero, me resolví a fingir que nada de lo que hasta entonces había entrado en mi mente era mas verdadero que las ilusiones de mis sueños. Pero inmediatamente después caí en la cuenta de que,mientras de esta manera intentaba pensar que todo era falso, era absolutamente necesario que yo, que lo pensaba, fuese algo; y advirtiendo que esta verdad: pienso, luego existo, era tan firme y segura quelas más extravagantes suposiciones de los escépticos eran incapaces de conmoverla, pensé que podía aceptarla sin escrúpulo como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.
RenatoDescartes, Discurso del método. Antonio Rodríguez Huescar. Editorial Orbis, Madrid, 1983.
CUESTIONES
1. Resume el contenido de este texto y define tres de los términos subrayados.
2. Expón la...
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