Comentario El Aquelarre

Penedo Vázquez, Eva. Grupo B.
Comentario: Aquelarre, por Pedro Olea

En Aquelarre se nos retrata un caso de caza de brujas en el País Vasco del siglo XVII en el que el impulso principal proviene, a diferencia de los que sucede en la mayoría de los casos1, de un miembro de la elite local. Aunque esta película dibuja un buen ejemplo de cómo funcionaban estos procesos –al menos el de una caza detamaño medio-, no podemos perder de vista el hecho de que España, al igual que Italia, destacó en esta época por su mayor precaución en estos juicios , su menor uso de la tortura y “la rareza de los cargos de culto colectivo del diablo”2. Control que se experimentó incluso en la gran caza de 1610-1614 en esta zona.
Que el impulso para el proceso parta en esta película del señor local deriva de laincomodidad de éste ante la oposición que le demuestra la asamblea de aldeanos respecto a determinadas cargas. Lo que pretende al despertar esta caza es atacar a estos aldeanos, debilitarlos y, en cierto modo, dejar claro quién manda.
En cualquier caso, el señor Andueza se encuentra con un campo abonado, dados los reiterados sermones del párroco local, obsesionado con la existencia de las brujas.Párroco éste imbuido de tales pensamientos desde un ámbito popular –él mismo afirma no saber nada de latines-, a pesar de lo cual el propio pueblo tiende, a priori, a una postura mucho más neutra e indiferente, razón por la cual nos explicamos que la caza resultante sea de tamaño medio, pues ésta responde a “la ausencia de un pánico a gran escala entre las autoridades o la población engeneral”3.
Los fundamentos ideológicos en los que se basaron estas persecuciones provenían, no obstante, de las clases letradas, que fueron las que elaboraron todo el elenco de tratados y escritos en los que se sistematizaba las prácticas de brujería, desde el mero maleficium hasta los pactos con el diablo. Tratados y procesos estaban interconectados, puesto que el uso de la tortura permitía obtener unasconfesiones que corroboraban lo escrito, tal como comprobamos en el interrogatorio del inquisidor al personaje de la anciana curandera: en determinado momento no aguarda a que la mujer hable, sino que directamente dicta todo lo que en teoría ha hecho para sólo después buscar su afirmación. En realidad, “a medida que esta literatura sobre brujería crecía en volumen y popularidad, los juicios mismoscomenzaron a servir únicamente para la función subsidiaria de confirmar las creencias contenidas en dichos escritos”4. El personaje interpretado por José Luis López Vázquez no busca un testimonio sincero, sino escuchar lo que ha leído en numerosos libros.
Otro ejemplo del origen de estos conocimientos en las clases letradas nos lo encontramos en el escribano del señor Andueza. Es él quien, ainstancias de su señor, instruye a los campesinos acerca de lo que deben declarar. Éstos, que en principio actúan coaccionados por motivos económicos, acabarán por enriquecer con relatos propios el acta del juicio tras haber sufrido el destrozo de su cosecha por parte de vecinos furiosos por su mentira. La coacción ha dejado paso a la venganza, que era otro de los más usuales motivos de las acusacionespor brujería.
Pero también nos encontramos un caso de miedo real a las brujas, el del tabernero. Si eran las clases dirigentes las responsables de la elaboración de los relatos acerca de las brujas, las clases populares los aceptaban sin problema, atribuyendo a estas prácticas maléficas la culpa de desgracias como el vino estropeado o una res muerta. Es un ejemplo interesante el del tabernerotambién en tanto en cuanto nos demuestra que los miedos del pueblo se dirigían no tanto hacia la posible relación de la bruja con el diablo, como al daño directo y tangible que aquélla pudiese provocarles.
En cualquier caso, una vez desatado el proceso, los vecinos no dudaban a la hora de culpar a las brujas de todas sus penurias.
La elección de la víctima en Aquelarre no es al azar. El...