Comentario
Teología
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Andrés Arteaga Manieu
Profesor Adjunto de la Facultad de Teología
Pontificia Universidad Católica de Chile
“Escuchar devotamente, custodiar celosamente y explicar
fielmente lo transmitido (DV 10)”.
Afirmaciones definitivas y lo relativo en el magisterio
La pregunta del Seminariointerno de profesores de la Facultad de Teología de
este año, ¿afirmaciones absolutas en una cultura pluralista? toca un aspecto complejo
de la vida de la Iglesia en las actuales circunstancias de la historia. Afecta su vida
pastoral interna, y su imagen ante el mundo. Es la cuestión de la búsqueda, encuentro
y transmisión de la verdad en un mundo plural, fragmentado; y con ‘nostalgia de lodefinitivo’. Recordamos que esa verdad, para nosotros cristianos, la ha revelado Cristo
en plenitud, y le ha encomendado su transmisión en el tiempo a la Iglesia, comunidad
de discípulos y misioneros. Cristo mismo es la plenitud de la revelación, como Camino, Verdad y Vida se nos ha autocomunicado en la ambigüedad y fragilidad de la
historia humana (1). En el fondo está el tema de la‘autoridad’. La autoridad de Cristo,
y la autoridad de la Iglesia para transmitir esa verdad. No hay una tragedia mayor que
confundir en la vida lo que es absoluto con lo relativo (absolutizar lo relativo o
relativizar lo absoluto). Y ¿quién puede y debe decidirlo?, ¿cada uno según su conciencia?, ¿alguien nos ayuda? La existencia humana está caracterizada por la finitud y
contingencia. Pero, además de suevidente precariedad y fragilidad, está preñada por
un ‘horizonte de absoluto’, que se manifiesta sobre todo en el pensar y en la libertad.
Es parte de nuestra dignidad y originalidad. La pregunta de nuestro Seminario (¿afirmaciones absolutas en una cultura pluralista?), de alguna manera podría suponer la
sospecha de la posibilidad de hacer afirmaciones absolutas (auténticas o definitivas), ycuestiona su valor en una cultura pluralista.
Para abordar este tema, en la perspectiva del magisterio eclesial, este asunto
‘oscuro’ para alguno (2), intentaré en primer lugar encender un candelabro (meno-
(1)
(2)
Cf. Dei Verbum , 4.
Cf. José Ignacio G ONZÁLEZ F AUS , La autoridad de la verdad. Momentos oscuros del magisterio
eclesiástico, Sal Terrae, Santander 20062, 13s). Se trata deuna aproximación con una mirada
‘especialmente crítica’ hacia la historia del magisterio eclesial y sus ‘errores’. A pesar de ello, el
magisterio es ‘necesario’ y se puede hablar de su ‘relatividad’ como un modo de designar su
‘historicidad’ (en las palabras iniciales de Evangelista VILANOVA , quien asegura que su necesidad
permanece ‘esencial’, a pesar de que sus formas institucionales puedencambiar).
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ANDRÉS ARTEAGA
ráh) de siete brazos (A). Allí se afrontará inicialmente la necesidad de un discernimiento acerca de lo que es pluralismo, absoluto y relativo (§1), para luego decir
algunas palabras acerca de la teología y el magisterio, al servicio de la transmisión
de la revelación cristiana (§2). Posteriormente abordaré el tema del magisterio como
una tarea de toda laIglesia (§3), y su comprensión (incomprensión) en un mundo
global (§4). Finalmente algunas luces de las reflexiones de Kart Barth (§5) y de
Walter Kasper (§6), y la necesidad de una adecuada ‘hermenéutica magisterial’ (§7).
Con esta iluminación me atrevo a exponer más brevemente, en segundo término (B).
La necesaria complementariedad de los pronunciamientos del Vaticano I y Vaticano
II acercade lo definitivo y lo relativo en el magisterio eclesial (§8) y un ejemplo de
la Declaración de la Congregación para la Doctrina de la Fe Dominus Iesus, sobre la
unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia, que ha vuelto en
nuestro tiempo a reproponer el tema de las afirmaciones y verdades definitivas del
magisterio (§9). Finalmente una recapitulación conclusiva...
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