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Este espíritu que se ha engrandecido y preparado a lo largo de la historia de la humanidad, ahora se impone de manera inexorable, a todos cuanto incursionan en labúsqueda y honran de manera fiel el legado científico del pasado, ampliando sus fronteras y salvando todo tipo de resistencias.
El espíritu científico es, antes que nada, una actitud o disposiciónsubjetiva del investigador que busca soluciones serias con métodos adecuados al problema que pretende resolver; esa actitud, desde luego que no es innata a la persona, se le conquista a lo largo de lavida a costa de trabajo e incluso de sacrificios. Puede y debe ser aprendida, más nunca es, heredada.
El espíritu científico, en la práctica, se traduce por una mente crítica, objetiva y racional
Laconciencia crítica llevará al investigador a perfeccionar su capacidad de juicio y a desenvolver el discernimiento, capacitándolo para distinguir y separar lo esencial de lo accidental, lo importantede los superficial o secundario.
Criticar es juzgar, distinguir, discernir, analizar para mejor poder evaluar los elementos componentes cíe un problema.
La conciencia objetiva, a su vez, implicaun rompimiento valeroso con todas las posiciones subjetivas, personales y mal fundamentadas del conocimiento vulgar. Para conquistar la objetividad científica, es necesario librarse cíe toda la visiónsubjetiva del mundo, arraigarla en la propia organización biológica y psicológica del sujeto y, además, influenciadla por el miedo social.
La objetividad es la condición básica de la ciencia. Lo quevale no es lo que algún científico imagina o piensa, es aquello que realmente es. La objetividad torna el trabajo científico en impersonal; sólo interesa el problema y la solución. Cualquier otrodeberá poder repetir la misma experiencia de investigación si así lo desea y el resultado será el mismo, porque no depende de condiciones subjetivas.
La objetividad del espíritu científico no acepta...
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