Comercio internacional
El limonero lánguido suspende una pálida rama polvorienta sobre el encanto de la fuente limpia, y allá en el fondo sueñan los frutos de oro...
Es una tarde clara,casi de primavera, tibia tarde de marzo que el hálito de abril cercano lleva; y estoy solo, en el patio silencioso, buscando una ilusión cándida y vieja: alguna sombra sobre el blanco muro, algúnrecuerdo, en el pretil de piedra de la fuente dormido, o, en el aire, algún vagar de túnica ligera.
En el ambiente de la tarde flota ese aroma de ausencia, que dice al alma luminosa:nunca, y al corazón: espera.
Ese aroma que evoca los fantasmas de las fragancias vírgenes y muertas.
Sí, te recuerdo, tarde alegre y clara, casi de primavera, tarde sin flores, cuando metraías el buen perfume de la hierbabuena, y de la buena albahaca, que tenía mi madre en sus macetas.
Que tú me viste hundir mis manos puras en el agua serena, para alcanzar los frutosencantados que hoy en el fondo de la fuente sueñan... Sí, te conozco, tarde alegre y clara, casi de primavera.


LXXVII
Es una tarde cenicienta y mustia, destartalada, como el alma mía; y esesta vieja angustia que habita mi usual hipocondría. La causa de esta angustia no consigo ni vagamente comprender siquiera; pero recuerdo y, recordando, digo: —Sí, yo era niño, y tú, micompañera.
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Y no es verdad, dolor, yo te conozco, tú eres nostalgia de la vida buena y soledad de corazón sombrío, de barco sin naufragio y sin estrella. Como perro olvidadoque no tiene huella ni olfato y yerra por los caminos, sin camino, como el niño que en la noche de una fiesta se pierde entre el gentío y el aire polvoriento y las candelas chispeantes,atónito, y asombra su corazón de música y de pena, así voy yo, borracho melancólico, guitarrista lunático, poeta, y pobre hombre en sueños, siempre buscando a Dios entre la niebla.
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