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El Tio Petros y la Conjetura de Goldbach
Ap´stolos Doxiadis
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Digitalizaci´n: maplewhite@gmail.com
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Toda familia tiene su oveja negra; en la nuestra era el t´ Petros.
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Sus dos hermanos menores, mi padre y el t´ Anargyros, se aseguraron de
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que mis primos y yo hered´ramos sin cuestionar la opini´n que ten´ de ´l.
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—El in´til de mi hermano Petros es uno de los fiascosde la vida —dec´
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mi padre cada vez que se le presentaba la ocasi´n.
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Durante las reuniones familiares —que el t´ Petros ten´ por costumıo
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bre evitar—, el t´ Anargyros acompa˜aba la menci´n de su nombre con
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gru˜idos y muecas de disgusto, desd´n o simple resignaci´n, dependiendo de
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su humor.
Sin embargo, debo reconocerles algo: en el aspecto econ´mico los doso
lo trataban con escrupulosa justicia. A pesar de que ´l no asum´ ni una
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ınima parte del trabajo y las responsabilidades de dirigir la f´brica que
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los tres hab´ heredado de mi abuelo, mi padre y el t´ Anargyros siempre
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entregaban al t´ Petros su parte de los beneficios. (Esto se deb´ a una
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fuerte lealtad familiar, otro legado com´n.)
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El t´ Petros, a suvez, les pag´ con la misma moneda: dado que no hab´
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tenido hijos propios, cuando muri´ nos dej´ a nosotros, sus sobrinos, v´stagos
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de sus magn´nimos hermanos, la fortuna que hab´ estado multiplic´ndose
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en su cuenta bancaria y que ´l pr´cticamente no hab´ tocado.
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A m´ en particular, su ((sobrino favorito)) (seg´n sus propias palabras),
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me dej´ ellegado adicional de su magn´
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ıfica biblioteca, que por mi parte
don´ a la Sociedad Hel´nica de Matem´ticas. S´lo me qued´ dos libros: el
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volumen diecisiete de Opera Omnia, de Leonhard Euler, y el n´mero treinta
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y ocho de la revista cient´
ıfica alemana Monatshefte f¨r Mathematik und
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Physik. Estos humildes recuerdos ten´ un significado simb´lico, ya que
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delimitabanlas fronteras de la historia esencial de la vida del t´ Petros.
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El punto de partida es una carta escrita en 1742, contenida en el primer
volumen, en la que el desconocido matem´tico Christian Goldbach hace al
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gran Euler una peculiar observaci´n aritm´tica. Y su fin, para decirlo de
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alg´n modo, se encuentra en las p´ginas 183-198 de la erudita publicaci´n
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El TioPetros y la Conjetura de Goldbach. Ap´stolos Doxiadis
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alemana, en un estudio titulado ((Sobre sentencias formalmente indecidibles
de Principia Mathematica y sistemas afines)), escrito en 1931 por el todav´
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desconocido matem´tico vien´s Kurt G¨del.
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Hasta mediados de mi adolescencia s´lo vi al t´ Petros una vez al a˜o,
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durante la tradicional visita del d´ de susanto, la fiesta de san Pedro y san
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Pablo, el 29 de junio. La costumbre hab´ sido impuesta por mi abuelo, y
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como consecuencia de ello se hab´ convertido en inviolable en una familia
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tan apegada a las tradiciones como la nuestra. Todos viaj´bamos a Ekali, que
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hoy es un suburbio de Atenas pero en aquellos tiempos parec´ un caser´
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aislado en la selva, donde el t´ Petros viv´solo en una casa peque˜a,
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rodeada de un gran jard´ y un huerto.
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La actitud desde˜osa de mi padre y el t´ Anargyros para con su hermano
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mayor me hab´ intrigado enormemente durante la infancia, hasta converıa
tirse poco a poco en un aut´ntico enigma. Tan grande era el contraste entre
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el cuadro que pintaban de ´l y la impresi´n que yo me hab´ hecho a trav´s
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ede nuestro escaso contacto personal, que incluso una mente tan inmadura
como la m´ se ve´ empujada a especular al respecto.
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En vano observaba al t´ Petros durante nuestra visita anual, buscando
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en su apariencia o conducta se˜ales de inmoralidad, indolencia u otro rasgo
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reprobable. Sin embargo, sal´ bien parado de cualquier comparaci´n con
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sus hermanos. Estos eran...