Comienza vindicando el campo de la investigación para la reflexión teórica

Comienza vindicando el campo de la investigación para la reflexión teórica, señalando que la concepción que se sostiene de la filosofía determina las prácticas de transmisión que permiten o inhiben la producción, apropiación y reproducción de conocimientos acerca de la realidad social del hombre y de su papel como sujeto activo de la historia. A partir de esta explicitación indica que, enrelación a la educación, la filosofía se replantea como actitud crítica respecto de un estado inadecuado de cosas existentes, no sólo desde un punto de vista meramente especulativo, sino poniendo de relieve una intención transformadora. Por eso redefinir su estatuto teórico-crítico no implica brindar una programación, una receta, para 'saber qué es lo que hay que hacer' en materia de educación, sinomás bien facilitar un estado de 'movilización' teórica y ser un instrumento útil para modificar positivamente la realidad, descubriendo los procesos conflictivos y los mecanismos que operan como freno y obstáculo para que ello sea posible. En este sentido, plantea las articulaciones y los nexos que atraviesan la relación entre filosofía, educación y práctica educativa. Para ello elabora un esquemaprovisional que posibilitaría diversos niveles de análisis, tendientes a una elaboración teórica más general y a una toma de posición explicitada críticamente, como condiciones necesarias para un replanteo de tres núcleos problemáticos: positividad, reflexión y proceso educativo.Conclusiones:El análisis efectuado plantea el espacio educativo como el campo de las operaciones de prácticas detransmisión del conocimiento, abierto a procesos de producción de conocimientos acerca de una realidad en constante transformación, asignando a los sujetos que intervienen en la relación educativa un carácter creador, tanto desde el punto de vista teórico como práctico. La posibilidad de articular el aspecto reflexivo con el positivo de la educación no está sujeto a la eficacia de las prácticas ni a laexcelencia de las teorías, sino que es postulada desde una voluntad afirmativa, tanto educativa como transformadora, a partir de un proyecto que opera una totalización provisional, sintetizando todas las instancias de análisis y teniendo en cuenta el conocimiento de las demandas objetivas de la realidad, sus posibilidades, recursos, necesidades y la situación histórico-social. Es en este proyectoeducativo donde la filosofía y la filosofía de la educación afirman su condición crítica e integradora, y operan la mediación entre la reflexión y la positividad de las prácticas educativas.
Todo el trabajo, en sus respectivos apartados, coincide en brindar tres dimensiones para el desvelamiento del hecho educativo. Por la primera plantea la necesidad de emplear instrumentos teórico-críticos a partirde una indagación epistemológica, indicando que esta ha sido una de las vertientes soslayada en la investigación educativa de los tiempos actuales. La segunda dimensión aborda elementos tácticos y estratégicos del dispositivo educativo, que ponen en juego las relaciones de poder-saber según focos específicos de concentración, difuminación o enmascaramiento. Esta propuesta, con los aportesteóricos, históricos y metodológicos de Foucault, promete una rica producción en el campo educativo, echando luz sobre algunas prácticas educativas y las racionalidades que las sustentan. Otra dimensión se perfila en torno al problema de la práctica educativa y de la práctica docente, como centro de interés para su reformulación en la investigación histórica, político-institucional, didáctica yfilosófica. Desde esta triple perspectiva, 'poder saber la educación', adquiere el carácter de un proyecto que se vuelve consciente tomando como punto de partida la reflexión crítica acerca de las prácticas propias en la situación argentina y latinoamericana, ante exigencias de políticas educativas y de investigación,de las cuales no pueden estar ausentes los protagonistas comprometidos en ellas.
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