Comisión federal de Competencia Económica
Perseguir con eficacia las prácticas monopólicas como manda la Constitución, no es cosa fácil.
Una autoridad quese tome en serio su trabajo tiene que ser capaz de resistir las presiones de los grandes poderes económicos, y, paradójicamente, también las presiones que desde la política se dan como resultado delcomplejo juego que se paga quid pro quo.
Todo regulador que se respete, debe ser odiado por los regulados. Mi impresión es que la CFC lo es.
La autonomía es una técnica que permite una distanciade las decisiones de la política y posibilita un espacio para que quienes se supone son expertos en las disciplinas relacionadas con la competencia en los mercados, desplieguen su lex artis y por esavía las decisiones públicas ganen en objetividad. Con la autonomía, la técnica sirve a la decisión pública y la discrecionalidad se racionaliza.
Por eso es importante que los comisionados seanexpertos en la materia, no tengan intereses con los grupos económicos, no sean nombrados por cuotas entre los partidos políticos, entre otros
Otro factor, poco visto, pero central es que suorganización y sus procedimientos posibiliten que haya eficacia.
La anticompetencia está en los detalles
Aprobada ya por el Senado y posiblemente ahora en Diputados, una nueva reforma a la Ley Federal deCompetencia Económica propone modificar el procedimiento de instrucción y decisión.
La propuesta es simple y aparentemente, sólo aparentemente, plausible: extender el método de “ponencias” a todoslos procedimientos y en todas sus fases. Es decir, que un comisionado, desde el inicio, se haga cargo y conduzca la investigación, el desahogo de las fases del procedimiento, la elaboración de lapropuesta de resolución y su defensa ante el pleno.
Podría pensarse que si el método de las “ponencia” funciona en otros órganos colegiados como la Suprema Corte, ¿por qué no habría de funcionar en...
Regístrate para leer el documento completo.