Como comer caca
1. ¿Qué es el hombre?
Si el hombre es el eje y tiene, por tanto razón de fin, y el Sistema se refiere al hombre y debe estar a su servicio, teniendo, por lo tanto, razón de medio, para ser coherentes y no actuar "contra natura", sino "secundum natura", tendremos que proyectar primariamente nuestra atención sobre el Hombre.
"¿Quid est homo?", "¿Quidest autem homo?", se pregunta por dos veces la Constitución pastoral "Gaudium et Spes" (Núms. 10 y 12). Y la pregunta es tan lógica como antigua, pues ya la formulaba el Salmo 8 en su versículo 5º.
Alexis Carrel, en "La incógnita del Hombre", ha dicho que "es necesario que los hombres mediten acerca del hombre". Pero cuando Max Scheller, en "El saber y la cultura", comienza la meditación,asegura que del hombre tenemos un conocimiento tan defectuoso, que cuando, con la filosofía en las manos, nos hacemos la pregunta, la vacilación se impone, siendo necesario contestar que se trata de un verdadero problema. En tal sentido, Maritain, en su "Humanismo Integral", estudia el "problema del hombre".
Ahora bien; la pregunta no tiene una contestación filosófica, pues escapa, como ha escrito KarlRahner, a la pura reflexión racional porque el hombre no sólo es un problema, como pueda serlo el que hoy sigue planteando la electricidad, sino que es un problema porque es, ante todo, un misterio, y del "mysterium hominis" habla con valentía la Constitución pastoral citada (nùm. 22).
2. El misterio del Hombre
Conviene aquí dilucidar la distancia entre el hombre como mito y el hombre comomisterio. La confusión entre lo mítico y lo mistérico puede llevarnos por caminos sin luz. Lo mítico es lo legendario y lo fabuloso, producto de la fantasía. Lo misterioso es la realidad oculta e invisible. La diferencia entre el mito y el misterio es tan grande y tan esencial como la que existe entre lo imaginado y lo cierto. Lo mítico no se ve porque no existe; lo misterioso o mistérico,existiendo, no se percibe con nitidez, porque la razón no basta para captarlo, o al menos captarlo con la nitidez necesaria.
La negación del "mysterium hominis" conduce a soluciones falsas del problema planteado por el hombre; soluciones en las que ha jugado mucho la imaginación y, por ello, lo mítico o mitológico. Por eso, las respuestas no son otra cosa que opiniones que el hombre da sobre sí mismo;respuestas "distintas e, incluso, contradictorias, que suponen su exaltación como regla absoluta, o su hundimiento hasta la desesperación" ("Gaudium et Spes" nº 10), es decir, la marcha supervitalista y ascendente al superhombre de Nietzsche, o la marcha desvitalizante y decadente a la categoría de infrahombre o de náusea, como diría Sartre.
3. El hombre, ¿máquina/ animal?
La observacióninmediata del hombre le define, por razón de su semejanza con los animales, como un animal que parece más desarrollado biológicamente que los otros. Esta observación primaria no goza, sin embargo del asentimiento general, pues algunos afirman que el grado de indefensión del hombre es tan grande que puede ser definido como un animal ontológicamente frustrado y desamparado. Su gestación prematura -llega asostenerse- le obliga a una larga dependencia protectora una vez ha salido del claustro materno.
Ahora bien; tanto si el hombre es un animal biológicamente más desarrollado que los otros como si es un animal frustrado ontológicamente, la pregunta inmediata ha de ser la siguiente: "¿qué es un animal? puesto que aquello que nos revela la esencia del animal pondrá de relieve la esencia del hombre.En esta línea de pensamiento Descartes sostenía que el animal es una máquina viviente, y La Mettrie, (en "El Hombre-máquina" e "Historia natural del alma"), llegando a las últimas consecuencias de la identificación animal máquina, definió al hombre, en tanto en cuanto animal, como una máquina que se destruye por el uso o el accidente.
La diferencia entre la máquina y el animal como máquina...
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