Como La Oficialidad Determina El Arte

La oficialidad y el teatro.


 
Comenzar desde el hecho real de que la historia es y ha sido, mayoritariamente escrita por los ganadores, por los poderosos. Estos núcleos de poder son los que deciden qué registrar, qué validar, qué censurar, sobre qué hablar.
 
El arte ha estado a merced de esta oficialidad tanto en la actualidad como en el legado que llega hasta nosotrosde épocas anteriores; ahora, refiriéndonos más directamente al teatro, arte por cierto particularmente vulnerable en esté aspecto, su historia por si sola adquiere un carácter documental, logrando retratar incluso en su silencio a cada época y a cada estructura de poder. 
 
Si en la Grecia Antigua, el rol didáctico y ejemplificador del teatro no hubiese tenido el valor que se le otorgó,posiblemente la historia del teatro como hoy la conocemos (y vivimos), hubiese sido radicalmente distinta. Si en su aplicación no hubiese existido la constate reafirmación cultural, religiosa y política, ni las tragedias ni las comedias se hubiesen desarrollado de la forma que lo hicieron. En un sistema político distinto a la democracia posiblemente Aristóteles no habría planteado su poética,nuestras concepciones dramatúrgicas más arraigadas serían otras, nuestras expresiones del teatro y la literatura serían distintas, por ende nuestra cultura y sociedad también. Pero, destaco, las expresiones serían otras, nunca dejarían de ser.
 
Esta oficialidad imponedora de ideas siempre tuvo sus influencias en el arte. Donde ha habido sociedad ha existido el uso de este lenguaje simbólico queotorga el arte. Pensemos en Mesopotamia, Egipto, China, el imperio Inca, Maya, los mapuches, los Selknam. En todas estas sociedades, las relaciones arte/sociedad, arte/poder, el tira y afloja tiene características distintas y, donde más tensa tenía la cuerda la oficialidad, más rica y cautivante resultan las expresiones marginales, necesitadas y dichosas de buscar y crear su espacio deexpresión. Un ejemplo claro de esto es Egipto donde la oficialidad religiosa tenía el poder de calar profundamente hasta la intimidad de los hombres, allí lo marginal resulta particularmente potente en su silencio. Para poder entender el poder de lo oficial no basta entenderlo como poderoso per se, sino que hay que siempre considerar sus alcances en todas las dimensiones; económicos, materiales, denecesidad de demostrar el talento, el genio del artista, que en la vida en sociedad implica no solo la sobrevivencia económica sino también la realización personal, ello permite someter al poder al creador humano.
 
El teatro durante periodos duros, como la Edad Media, se mantuvo en la referida esfera de lo marginal, y fue la terquedad presente ahí  la que nos dejó un legado llamativo capazde humanizar el arte de esa época. Ahora, cada sociedad decide cómo, cuándo y qué considerar digno de marginar de su sistema y qué oficializar. Al respecto, claramente la decisión política detrás de las normas que condenaban al teatro y el lugar que le fue asignado durante la Edad Media, tanto el marginal como el oficial, nos hablan de la enorme influencia que este tenía sobre la sociedad y comoel poder oficial lo sabía lo aceptaba y le temía.
 
La historia del teatro es una constante relación con el poder.
 
En primer lugar, el acaparamiento del saber que tenían los monasterios durante la Edad Media los sitúa en un plano enormemente ventajoso sobre una sociedad tan jerarquizada, donde las personas nacían consciente de la inamovilidad de su condición socialy donde primaba el vasallaje como orden político/económico; hace que sus decisiones como estamento fueran terriblemente determinantes, con consecuencias hasta nuestros días, sobre qué saber y qué no respecto al teatro. Así este actor popular que insistió y luchó, marginal, actor de oficio y tradición, queda relegado al silencio, a las calles, a la suciedad.


Ahora, esta misma...