Comparación: Crónica/Nota de producción
Política 22/09/15
Gana el que logre mover el amperímetro
En Foco
El oficialismo no consigue despegar, pero tampoco hay trasvasamiento ni se concentra el voto opositor.Scioli se ilusiona con que otros marquen la diferencia con Cristina en su nombre. Todo suma. Hay que ver si alcanza.
Se cierra el escándalo en Tucumán, el kirchnerismo ganó sin discusión en el Chaco y vamos derecho hacia la definición presidencial, en un escenario que mantiene el color de la incertidumbre.
Después de las PASO Daniel Scioli estuvo paralizado casi cuatro semanas. Inundación, viaje aItalia, militante radical asesinado en Jujuy, escándalo interminable en Tucumán. No perdió votos, pero tampoco los ganó. Cuando Scioli empezó a salir del horno el que entró fue Mauricio Macri. Dos semanas a temperatura máxima por el caso Niembro, contratos millonarios para los amigos, haz lo que yo digo pero no lo que yo hago. Por ahí perdió un par de votos y seguro no ganó ninguno. El que esta vez noatravesó ningún infierno fue Sergio Massa. Verbo suelto y afilado, mucha propuesta, la tranquilidad del que corre desde atrás con el espíritu liviano, porque lo que podía perder ya lo perdió antes. Ganó en imagen y puede seguir creciendo, pero en votos todavía está más o menos como antes. Seguimos como cuando contaron los votos de las PASO: Scioli casi en 40%, Macri en 30%, Massa en 20%. Nadierompe el molde, nadie enamora multitudes.
Faltan menos de cinco semanas para elegir presidente. Si alguno es capaz de mover el amperímetro emocional de los votantes quebrará la inercia y será llevado en andas a la victoria. Pero quizás sea un poco tarde para milagros.
La campaña es anodina y si no asistimos a la mágica construcción de un liderazgo en poco más de treinta días, la elección se va adecidir por márgenes pequeños. Por eso cuentan tanto los detalles, la pesca o pérdida de votos en nichos sociales y económicos perfectamente identificados.
Seis encuestas nacionales se conocieron este fin de semana: las de Rouvier, Aresco, Ipsos, González-Valladares, Isonomía y Aragón. Ponen a Scioli entre entre el 36% y el 41%; a Macri entre 26% y 31%; a Massa entre 17% y 23%. Conclusión: eloficialismo no consigue despegar, pero tampoco hay trasvasamiento ni concentración del voto opositor.
Así, el dato saliente de este mes y medio posterior a las PASO es que Massa logra sostener su voto, una tarea titánica y corta de recursos a la que además intenta agregarle un salto hacia arriba para pelear la entrada al balotaje. Confía en su carisma y en la receta estricta de su consultor, SergioBendixen, que lo mantiene en la autopista de las propuestas: educación, seguridad, corrupción, jubilados. Hablarle a la gente, le llama. Necesita encontrar más gente dispuesta a escucharlo.
Massa consume encuestas todo el tiempo, pero dice creer solamente en las propias, también bajo control de Bendixen. Esos números le habían marcado, en la semana posterior a las PASO, una ligera caída de Scioli,una subida pequeña de Macri con la consolidación como propio del voto de sus aliados Ernesto Sanz y Elisa Carrió y un declive suave del propio Massa. Si esa tendencia se acentuaba, parecía avecinarse un escenario de polarización capaz de “hundir las posibilidades” de Massa.
Pero un nuevo sondeo, tres semanas después, devolvió a Macri y a Massa a su nivel de las PASO y mantuvo a Scioli ligeramentepor debajo de aquel primer desempeño electoral. Fue el tiempo en que Scioli y Macri flotaban sin definir propuestas, jugando solamente a establecer sensaciones. Todavía no había estallado en todo su alcance el caso Niembro. Cuando esto sucedió, Scioli recuperó su resultado de las PASO, Macri habría caído de golpe cuatro puntos y Massa habría subido tres. Los números van y vienen, pero Massa cree...
Regístrate para leer el documento completo.