Comportamiento organizacional

CASO 2: France Telecom.
“Una secretaria se mató porque su jefe amenazaba con trasladarla; no dejaba de decirle que no servía para nada”; relata Jean-Francois Cascoux; administrativo del gigante de las telecomunicaciones France Telecom (FT). Como dirigente sindical, conoce de cerca el estrés al que están sometidos los funcionarios de la empresa. “Todo se reduce al beneficio: antes teníamosvocación de servicio, ahora sólo servimos a los inversionistas. Los que se tiran por la ventana no son accionistas ni banqueros sino trabajadores”, resume.
Cascoux fue entrevistado este martes por el diario español El Mundo en una plaza de París. Junto a otros doscientos compañeros, participaba de una silenciosa protesta por el suicidio de un ingeniero de 48 años que la pasada semana se ahorcó en lalocalidad Bretona de Lannion. Ya son 25 los trabajadores de Telecom que han decidido quitarse la vida en los últimos veinte meses y otros trece lo han intentado sin éxito; la prensa gala habla del “Síndrome Blackberry” o de “La ola de suicidios por estrés”.

Algo malo está sucediendo en France Telecom, un monstruo transnacional que en Francia da empleo a más de cien mil personas (y en el mundo, aotras 80 mil). Privatizaba en 1998, el 26,5% de su propiedad aún pertenece al Estado. Su “buque insignia” es Orange, operadora de telefonía móvil con filiales en Europa, el Caribe y África que en total suman 182 millones de clientes, Por decirlo en términos simples, en una década FT pasó de ser un monopolio local que instalaba líneas a un agresivo vendedor de celulares y banda ancha.

Cuarentamil funcionarios quedaron cesantes en el camino; la mitad de quienes quedaron debieron cambiar de labores. En su libro “Orange Stressé”, el periodista Ives du Roy revela que trece mil técnicos fueron reubicados en puestos comerciales: la mayoría no tenía talento alguno para vender y lo ha pasado mal. Quienes disfrutaban de la seguridad de cargos vitalicios quedaron pasmados. “La vieja camaraderíase fue, tenemos enchufados los auriculares todo el día. Sólo nos queda la nostalgia de la vieja empresa pública”, comenta Fabrice Sahut, colaborador de Telecom desde 1989.

“Los franceses estamos muy apegados a nuestras profesionales, incluso más que a la familia; nosotros nos definimos por lo que hacemos”, asume la socióloga Chrostina Baudelot en el Times de Londres. “Los ingleses comprendieronen los años ochenta que la época del trabajo cómodo y las buenas pensiones estaba acabando. Los franceses nunca lo supieron; cuando tienen problemas laborales sienten que sus vidas están amenazadas”, complementa Louis Chauvel; del Instituto de Ciencias Políticas de París.

·        No son Pentiums:

Presente en la protesta del martes estaba Patrick; de 58 años, quien omite su apellido paraevitar represalias. Su caso ilustra el drama de la reconversión forzosa de la gente mayor en un país donde el empleo no abunda: “Yo era técnico, trabajé toda mi vida tirando redes subterráneas. Un día me señalaron que debía reciclarme; me instalaron en un call center a vender teles de Orange, internet, las ofertas de esto o lo otro… yo lo he aguantado, pero otros no”.

“Supongo que los suicidiosse explican porque los cambios se han hecho demasiado rápido y sin contar con los trabajadores. No somos computadores que se puedan conectar y desconectar según el capricho del que manda”, comenta un anónimo ejecutivo de la compañía. Los añosos sindicatos también reclaman por las políticas de logros que (al menos en Chile) suenan normales; supervisión de desempeño, estímulo a la competitividad,evaluaciones anuales de rendimiento, fijación de objetivos individuales y reemplazo de personal ineficiente.

Jean-francois Cascoux, el sindicalista, subraya que los más débiles de carácter no han sido capaces de soportar el “hostigamiento moral” hacia quienes no son capaces de rendir bien. “Debido a las reestructuraciones, de un día para otro te cambian de puesto y te obligan a mudarte a cien...