Compradoras Compulsivas
Las primeras referencias clínicas a lo que hoy se denomina compra compulsiva o adictiva aparecen a principios del siglo XX, y, trassesenta años de silencio sobre la cuestión, el análisis de este fenómeno se reanuda a finales de la década de 1980. Se trata de un patrón de comportamiento análogo a las conductas adictivas que sedesarrollan en torno a sustancias químicas, y que afecta a un porcentaje apreciable de la población, estimado entre el 2% y el 6%. Aunque los estudios económicos acerca de los crecientes y preocupantesniveles de endeudamiento y sobreendeudamiento no contemplan esta variable, factores sociológicos tales como la cultura materialista y factores psicológicos como la compra compulsiva no deben seguirignorándose si se quiere abordar el problema de manera integral, cuestionando la supuesta relación lineal entre consumo y bienestar. La adicción a la compra podría representar la punta visible de uniceberg, cuya parte sumergida está constituida por una cultura del consumo que liga los productos a significados simbólicos y profundamente emocionales, fomentada por un sistema económico y una industria quepara sobrevivir necesita un aumento constante del consumo. Para conseguir este objetivo, la comercialización penetra cada vez más ámbitos vitales, lo cual está directamente relacionado con ladisminución de lo que se denomina capital social, es decir, las redes de relaciones personales, antecedente inmediato del bienestar personal.Ya en la década de 1880 aparecieron en la prensa artículos queexpresaban preocupación acerca de la nueva manía de comprar que se extendía entre las mujeres acomodadas (citado en Laermans 1993). Este reconocimiento temprano del fenómeno coincide en el tiempo conla aparición de un nuevo tipo de establecimientos comerciales – los grandes almacenes, en la segunda mitad del siglo XIX en Nueva York, Chicago y París, y a principios del siglo XX en Inglaterra y...
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