Comunicación Futurista (Comunicación Artificial VS. Comunicación Humana)


COMUNICACIÓN ARTIFICIAL VS. COMUNICACIÓN HUMANA

Estamos encadenados a nuestro propio futuro sombrío, víctimas de nuestros propios anhelos macabros, humanidad extinta, sentimientos convertidosen excusas, suicidio perpetuo y seguro hacia nuestro propio fin, mundo agonizando quedando basura, ofreciendo un gran hogar y ahora esclavizándolo, marionetas ocultas hasta en el cuarto más brillantedonde más cosas se pueden ver, disfraces tentadores llevándonos a nuestra perdición, ignorancia, convertida en la rutina diaria, amor, honestidad, todas las emociones que existen envenenadas por unsimple espejismo que suele ser la aceptación ciega, mundo tranquilo al terrible, cambiamos todo nuestras cosas más preciadas por fuego, fuego cada vez más visible y horrible, con lo que se puede suponerque el fin de esta encarcelación terminará en una muerte prematura.
¡Cuánto ha luchado el humano por llegar a nuevas fronteras y superficies que superen los límites físicos!, sin darse cuenta quecada vez que avanza comete grandes errores costándose la vida del planeta en sí dejándolos sicosiados y tomándolo como algo ajeno e inapropiado, dejando lo que se logra a través de todos los años comoun objeto de museo, máquinas próximas a ocupar nuestros sentimientos terrenales y siguiendo para algunos el siguiente paso hacia la evolución, creando nuestra propia morgue, extinguiendo cada gota desudor en moldear este mundo, veneno en cada tienda tecnológica, comida, consumo pronto a estallar, maldición y la cadena perpetua para la humanidad, la destrucción de la cosecha de todos los padres ypersonas que luchan por el bien, que la sociedad está transformando en clones vivientes de la perdición de cada imperio, sangre derramada de la antigüedad reencarnando en cada chimenea industrial, encada chip que se considera a diario, en lo que, sin darnos cuenta, es una gran adicción que se propaga mundialmente y que se transforma en una necesidad para la sobrevivencia humana sin serlo.
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