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Al menos matemáticamente. Esta es la controvertida conclusión del estudio presentado por la investigadora Laura Mersini-Houghton del Colegio de las Artes y las cienciasde la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (EEUU) y cuya aproximación ya fue publicada el pasado mes de junio en la revista Physics Letters B.
“Todavía estoy en shock. Hemos estadoestudiando este problema durante más de 50 años y esta solución nos da mucho que pensar”, afirma Mersini-Houghton.
La comunidad científica ha mantenido mediante décadas que los agujeros negros se formabancuando una estrella masiva colapsaba bajo su propia gravedad en un único punto en el espacio,formándose a su alrededor una membrana invisible conocida como el “horizonte de sucesos” donde cualquierobjeto que pase por esta zona es automáticamente engullido. Es precisamente el punto de atracción gravitacional de un agujero negro: es tan hercúleo que nada escapa de él.
Sin embargo, elplanteamiento de Mersini-Houghton es completamente diferente a todo lo anterior, ya quefusiona dos teorías fundamentales del Universo aparentemente contradictorias que ofrecen como conclusión que no es posibleque existan los agujeros negros. Para llegar a esta revelación, la investigadora contrapuso tanto la teoría de Stephen Hawking formulada en 1974 respecto a que cuando una estrella colapsa bajo su propiagravedad se produce radiación, como la ley fundamental de la teoría cuántica, que afirma que ninguna información del Universo puede desaparecer jamás.
La investigadora demostró que precisamente porel desprendimiento de la radiación, la estrella no arroja masa; al seguir contrayéndose es imposible que alcance la densidad necesaria para convertirse en un agujero negro. Por tanto, el agujero negronunca se forma. La combinación de ambas teorías, según la autora del estudio, conducen a un disparate matemático: los agujeros negros no pueden existir.
Jueves 25 de Septiembre de 2014...
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