Comunidades autodidactas

Hacia una comunidad autodidacta como formación del ciudadanía del siglo XXI
Cuando se observa la publicidad de muchos colegios en las calles de Santiago, es posible advertir una clara orientación hacia la valoración de instalaciones, edificios, salas y materiales didácticos como el principal gancho publicitario en busca de captar las preferencias de padres y apoderados. El fundamento de laescuela parece centrado en los recursos invertidos o en la materialidad del colegio, por encima de los procesos de enseñanza-aprendizaje que se encuentran protagonizados por la comunidad en su conjunto y no solo por quienes toman las decisiones desde el Olimpo ministerial del gobierno de turno.
Los objetivos de la enseñanza, en efecto, parecen replicar este modelo donde la relación entre laspersonas ha desparecido, siendo remplazada por un sistema que privilegia la apropiación por parte de los estudiantes de un conocimiento fijo y estable que excluye su subjetividad y que muestra su éxito a través de indicadores de logro que se expresan de forma prefijada y única, por ejemplo a través de los resultados que se obtienen en la Prueba de Selección Universitaria o el SIMCE.
En tal escenariose hace cada vez más imprescindible reformular las relaciones entre educadores y sociedad, recuperando el lugar que las relaciones humanas, entre iguales dentro de una comunidad autónoma, ocupa en el proceso de crecer como persona y ciudadano. Esto quiere decir que podemos entender la educación más que como un proceso resultadista, como uno donde la comunidad debe adquirir protagonismo en suformación ciudadana. Es decir, entenderla como una educación humanista en la formación de una dignidad y una identidad individual y comunitaria, donde profesores, estudiantes y comunidad sean protagonistas de un crecimiento mutuo que trascienda el logro y el valor monetario.
Un protagonismo como el que se describe inicia en el reconocimiento de los otros como parte fundamental del desarrollo delconocimiento. Sobre esta premisa puede fundarse una comunidad que se reconoce a sí misma como poseedora de saberes dinámicos y que son fruto de la experiencia humana acumulada, no en un maestro ni en una enciclopedia, sino en siglos de trabajo conjunto y, vale repetirlo, comunitario.
Esta valoración de la identidad es una ruta que se inicia en la autocrítica, es decir, en el reconocimiento que cadacomunidad hace de sus fortalezas y debilidades. Sigue así, en la mirada contextualizada que estas comunidades pueden hacer de sus necesidades y de las vías de solución que la escuela puede ofrecer como parte de la comunidad. El docente enfrenta así, el desafío de educar en una comunidad de la que él también forma parte y en la que es, siguiendo a Ranciere en El maestro ignorante, partefundamental del descubrimiento y de la construcción del conocimiento. El desafío consiste entonces en involucrar en el co-nocer el mundo, ya no solo al estudiante como individuo, sino a la comunidad en su conjunto como constructora de nuevas interpretaciones del conocimiento, para, posteriormente, transformarse en un agente crítico ante este conocimiento, valorando y cuestionando su posición frente a él.Entender de esta manera el proceso educativo lleva al profesor a entregar las herramientas necesarias para comprender las características contextuales e ideológicas que se encuentran implicadas en su aprendizaje y, a través de esas herramientas construir su propio conocimiento.

En muchas ocasiones y lugares, sin embargo, la escuela se ha distanciado de sus contextos, incapaz de influir en latransformación de su medio. Parece por el contrario, haber claudicado ante las presiones del Estado, preocupado de su inversión. Peor aun, se replica en los colegios las lógicas de represión e indiferencia hacia la ciudadanía, estableciendo políticas de control y vigilancia a través de sistemas de evaluación estandarizada y manuales de convivencia sobredeterminados por los equipos directivos....