Comunidades imaginadas
Nación: una comunidad política imaginada como inherentemente limitada y soberana.
Es imaginada porque aun los miembros de la nación más pequeña no conocerán jamás a la mayoría de sus compatriotas, no los verán ni oirán siquiera hablar de ellos, pero en la mente de cada uno vive la imagen de su comunión. Las comunidades no deben distinguirse por su falsedad olegitimidad, sino por el estilo con el que son imaginadas.
La nación se imagina limitada porque incluso la mayor de ellas tiene fronteras finitas, aunque elásticas, más allá de las cuales se encuentran otras naciones Ninguna nación se imagina con las dimensiones de la humanidad.
Se imagina soberana porque el concepto nació en una época en que la Ilustración y la Revolución estaban destruyendo lalegitimidad del reino dinástico jerárquico, divinamente ordenado. Las naciones sueñan con ser libres y con serlo directamente en el reinado de Dios. La garantía y el emblema de esta libertad es el Estado soberano.
Por último se imagina como comunidad porque, independientemente de la desigualdad y la explotación que en efecto puedan prevalecer en cada caso, la nación se concibe siempre como uncompañerismo profundo, horizontal. En última instancia, es esta fraternidad la que ha permitido, durante los últimos dos siglos, que tantos millones de personas maten y, sobre todo, estén dispuestas a morir por imaginaciones limitadas.
Las Raíces Culturales
Imaginerías nacionales fantasmales. Ni el marxismo ni el liberalismo se ocupan mucho de la muerte y la inmortalidad. Si la imaginería nacionalista sepreocupa tanto por ellas, esto sugiere una fuerte afinidad con imaginerías religiosas. En virtud de que esta afinidad no es fortuita, quizá convenga empezar por una consideración de las raíces culturales del nacionalismo, con la muerte como la última de toda una gama de fatalidades.
El gran mérito de las concepciones del mundo religiosas tradicionales ha sido su preocupación por elhombre-en-el-cosmos, el hombre como un ser de especie, y la contingencia de la vida. Las religiones tratan de explicar. Al mismo tiempo, el pensamiento religioso responde también a oscuras promesas de inmortalidad. En esta forma, se ocupa de las conexiones entre los muertos y quienes no han nacido todavía, el misterio de la reencarnación.
El siglo xviii marca en Europa occidental no sólo el surgimiento de laépoca del nacionalismo sino también el crepúsculo de los modos de pensamiento religioso. Con el reflujo de la creencia religiosa no desapareció el sufrimiento que formaba parte de ella. La desintegración del paraíso: nada hace a la fatalidad más arbitraria. El absurdo de la salvación: nada hace más necesario otro estilo de continuidad. Lo que se requería entonces era una transformación secular dela fatalidad en continuidad, de la contingencia en significado. Pocas cosas eran más propicias para este fin que una idea de nación. Las naciones a las que dan una expresión política presumen siempre de un pasado inmemorial, y miran un futuro ilimitado. La magia del nacionalismo es la conversión del azar en destino.
El nacionalismo debe entenderse alineándolo, no con ideologías políticasconscientes, sino con los grandes sistemas culturales que lo precedieron, de donde surgió por oposición.
Los dos sistemas relevantes son la “comunidad religiosa” y el “reino dinástico”. Estos dos sistemas eran en su apogeo marcos de referencia que se daban por sentados, como ocurre ahora con la nacionalidad.
La comunidad religiosa
Todas las grandes comunidades clásicas se concebían a sí mismascomo cósmicamente centrales, por medio de una lengua sagrada ligada a un orden de poder ultraterrenal.
Pero tales comunidades clásicas, ligadas por lenguas sagradas, tenían un carácter distinto de las comunidades imaginadas de naciones modernas. Una diferencia esencial era la confianza de las comunidades antiguas en el carácter peculiarmente sagrado de sus lenguas, y por ende sus ideas acerca...
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