Con Aroma A Madera
En el norte de Quito en el populoso barrio el Condado al caminar el aroma a madera se hace cada vez más intenso que se atreve a penetrar los sentidos, olor que caba en lacuriosidad. A lo lejos a un lado de la calle aparece unas siluetas perfectas, organizadas en fila unas con color y otras como esperando su momento. Ya nos podemos imaginar con un diseño perfecto que esperalos brazos que la acurruquen.
Atrapados por la curiosidad los pasos nos llevan hasta el interior y en una mesa larga encontramos, cepillos, molduras, materiales provenientes de Estados Unidos, China.Al fondo el hombre de las manos maestras, el artesano de la cuerda, el constructor de perfectas guitarras, requintos.
Don Juan Chávez riobambeño de nacimiento. A los 12 años empezó a familiarizarsecon la madera, su abuelo de quien heredo la pasión por crear, le enseño a “trabajar como los grandes”, de él aprendió el oficio. “Para ese tiempo armábamos las tapas armónicas de las guitarras demadera de pino”
El reto importante era conseguir la mejor madera, e lugar ideal para hallarla debían buscar las casas viejas, las coloniales que se derrumbaban. Para quienes las veían or ahí eran pedasosinservibles, para estos maestros todo un tesoro. Ahí entre el polvo y y el peligro se dedicaban a rescatar lo que podían, las maderas más finas ciprés, nogales maderas de con un par de siglos deantigüedad.
Para estos maestros la madera es mucho más que eso. Es como el barro que le permite moldear cada nota. “mi abuelo me enseñó que para armar no solo tengo que mirar: el olía, tocaba, sentía lavibración, esas cosas aprendí”. El maestro lo sabe, la madera es la clave para crear un instrumento. “No puede haber interferencia en la vibración entre la madera y las cuerdas”.
Hoy Juan Cháveztrabaja con abeto de Canadá y ébano de Nigeria, con las más selectas maderas de la India y claro con el laurel y nogal de Ecuador.
Don Chávez nos cuenta que le tomo casi 38 años el llegar a una...
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