Con la cabeza bien puesta
por Leandro Gonzalez de Leon1
EL AUTOR Edgar Morin nació en París en 1921 en una familia sefardí. En su juventud fue socialista. Huyó de París debido a la ocupación nazi en 1940 y se afilió al Partido Comunista Francés en 1941. Integró el ejército francés, participó en la liberación de París y en la ocupación de Alemania en 1945. En 1951 fue expulsado delPartido Comunista debido a un artículo que publicó en la revista France Observateur. En 1959, él mismo renegaría del comunismo en su libro Autocrítica. Es considerado uno de los intelectuales más importantes del mundo. Su propia opinión sobre las disciplinas científicas –sobre la división del conocimiento en disciplinas- impide encasillarlo en alguna de ellas. Se desenvuelve con erudición entemas de física, astronomía, antropología, política, economía, literatura, pedagogía, psicoanálisis, etcétera. El pensamiento de Morin se inscribe en lo que él mismo ha llamado pensamiento complejo. “Precisamente porque he querido establecer la comunicación, nunca he podido encerrarme en la sociología cerrada, la antropología cerrada, la filosofía cerrada o la ciencia cerrada. Así que lleguénaturalmente a ir y volver entre la cultura humanista y la cultura científica.”2 Sus ensayos sobre el pensamiento complejo fueron compilados en su Introducción al pensamiento complejo (1990). Otras obras suyas son La Inteligencia de la Complejidad (1999) y Los siete saberes para la educación del futuro (2000), presentado en la UNESCO. Ha publicado medio centenar de libros entre 1951 y el presente.
1Este trabajo fue realizado para la materia Tecnologías Educativas, en la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, en septiembre de 2008. http://tecnoeducacion.com.ar
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Morin, Edgar, Mis demonios (1995), en http://www.pensamientocomplejo.com.ar/
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EL LIBRO
En La cabeza bien puesta. Repensar la reforma. Reformar el pensamiento (La tête bien faite.Repenser la refórme. Réformer la pensée, 1999) el autor desarrolla su idea del pensamiento complejo, aplicado en particular al proceso educativo. Retoma la afirmación de Montaigne: “Más vale una cabeza bien puesta que una repleta”3. Propone una reforma de la enseñanza, pero plantea que esta reforma sólo será posible a partir de una reforma del pensamiento.
Capítulo 1: Los desafíos Las universidadesdel mundo forman una proporción muy grande de especialistas. La especialización y la división impiden ver los conjuntos complejos, las interacciones y retroacciones de las partes y el todo, las entidades multidimensionales y los problemas esenciales. La división en disciplinas hace imposible aprehender lo que está junto, es decir, lo complejo. Nos enfrentamos al desafío de la complejidad. Losproblemas son cada vez más multidimensionales y la “parcelación” del conocimiento impide abordar la multidimensionalidad. Desde la escuela primaria nos enseñan a aislar los objetos de su entorno, a dividir los problemas antes que a integrarlos. Nos inducen a reducir lo complejo a lo simple. El autor plantea tres desafíos: El desafío cultural. La cultura está dividida en dos bloques: la cultura humanistay la cultura científica. La cultura humanista o de las humanidades –filosofía, ensayo, novela- favorece la integración del conocimiento. En cambio, la cultura científica separa el conocimiento. Genera descubrimientos y teorías valiosas pero es incapaz de reflexionar sobre el destino humano. La ciencia, privada de reflexividad, es incapaz de pensarse a sí misma. El desafío sociológico. Elconocimiento debe dominar e integrar a la información. el individuo y para la sociedad. El desafío cívico. A fuerza de especializar y dividir, el conocimiento se ha vuelto “esotérico”, quedando sólo en manos de especialistas. Esto lleva a un déficit democrático. Por otra parte, la incapacidad de percibir la globalidad reduce las responsabilidades de los ciudadanos, sólo atentos a su propia tarea...
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