Con la musica por dentro
Alfonso Chase
En: Mirar con inocencia (1975)
Es la primera vez que alguien me lo pregunta, así directamente. Pues sí; era una chiquilla media pepiadilla, como loquilla, muy alborotadilla la muchacha: que todos los domingos al Raventós, a tanda de cuatro, y aquello oscurísimo y una toda copadilla. Con quién, con quien fuera. Carajillos de copete y blu yins, botas detubo o mocasines. Carajillos todos llenos de vaselina, puros Elvis Presley y uno en el segundo piso y el viejo con el foco, alumbrando a las parejas, y luego darle la vuelta al parque y comprar helados de paleta. Es que una siempre fue muy avispada: puro encendida, una brasa completa, como decían en casa. Una nace con eso adentro, desde chiquita, alborotadilla, con la sangre hirviendo. Yo fui laprimera que me puse chemís y manganos por el barrio: un escándalo. Todas las viejas creían que yo era una grandísima puta y bueno; yo creo que me hice de tanto que me lo dijeron. Ahora me acuerdo de que el viejo de la verdurería invitaba a las chiquillas a entrar y nos daba un peso si nos dejábamos tocar. Yo siempre me dejé y le llevaba el peso a mi mamá y la gran conchuda lo recibía y nipreguntaba nada. Mi mamá era una santa. Nunca decía nada. Solo lavar y lavar, ajeno y propio, porque éramos cinco mujeres: Gladys y Marlene y Anita y dos que se quedaron difuntas: una de chiquitilla: Adela, y otra de grande: Rosarito, que se le hinchó la panza y se murió, toda verde y echando espuma. Yo siempre fui una chiquilla muy desarrollada. Cuando tenía como doce años todos querían hacerme el favor,de tetudilla que estaba. Tenía una que quitarse a los hombres y a los chiquillos a puro chonetazo. Yo me daba de mecos con todos los carajillos del barrio y solo me dejaba tocar por los que me gustaban. Ahora, ya tan roca, cuando me pongo pepiada, me doy de trancazos con cualquiera. Yo soy buena para los golpes. A mi marido una vez le dejé el hocico hinchado porque se puso tonto y empezó aarriarme con una sombrilla delante de los güilas. Yo solo me estuve quieta, me di vuelta y le dije: “Ronal, dejá de joderme…” Y Zazzzz que le vuelo un vergazo en la pura jeta, y él se queda boquiando, el muy idiota, y que se está allí, como pescado muerto, y yo le di agua, y ya ve: nunca más me volvió a joder. Luego se fue para la zona y me quedé sola con los chiquillos y que vuelvo a putiar, bueno; estavez por pura necesidad. Ronal me conoció en un salón de baile en Barrio Cuba. Yo iba a bailar con los muchachos y allí lo vigié. Él sabía que yo era media putífera pero le gusté. Nos juntamos, y bueno, nos matrimoniamos por la Iglesia porque vino la misión y los padrecitos andaban como locos confesando y casando a todo el mundo. Yo no sé si lo quería. Me encantaba tener una casita y un anafre yrepisas y un moledero, porque yo cocino muy rico y tengo la casa siempre como un ajito. Ronal desde que se fue no volvió y yo tenía que ganarme los pesos. Se fue porque era un hombre muy ostinado y muy chichudo y porque fumaba mucha mota y creía que si se iba para la zona dejaba de ver a sus amigos de aquí. No creo que quisiera mucho a los güilas; no es muy amigo de andar haciendo cariño. Bueno unose junta con un hombre y se va aburriendo. La rutina, que dicen. Yo no nací para la mula de carga y cuando me agüevo, se acabó: me agüevo de remate. Me achanto toda y ni me levanto temprano. Se me lava la voluntad. Ni me baño casi y los güilas andan chingos y la casa anda toda patas arriba. Yo antes de vivir con Ronal tenía un chivo terrible. Era zapatero en Sagrada Familia y en las noches yoestaba siempre por el Correo, dándole la vuelta a la cuadra, cuadriando, como digo yo. Escurriéndomele de las perreras y entonces él llegaba y me hacía caja: “¿Cuánto llevás…?” Y yo nunca le decía nada. Se metió de chivo conmigo así porque así. Me cuadró como hablaba, muy filosófico. Leía todo el día periódicos y como a las tres se enrollaba uno y se ponía a clavar zapatos en el taller de un...
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