Concepto de crítica literaria en Nicolás Rosa y Alberto Giordano

Siguiendo una línea muy barthesiana, Nicolás Rosa considera que la crítica es escritura; ser crítico es también ser escritor. Lo que relaciona a la escritura literaria y a la crítica es justamente, y aunque parezca una redundancia, ese trabajo pulsional de la escritura. La pulsión de escribir. Ese fenómeno de la escritura. “Eso” que a uno lo lleva a escribir. La crítica es escritura. Laliteratura es escritura; es pura insistencia significante. Escribir es merodear alrededor de la cosa literaria.
Escribir crítica es otra forma de ser de la ficción, nos dice el autor. Y es ficción en tanto discurso que simula hablar de un objeto para, en verdad, ocultar la imposibilidad de hablar de él. Siempre se escribe para alguien, o al menos para algo. Ya no se trata de saber quién escribe, ni porqué escribe, sino saber qué cosa es escribible.
Ahora bien, tenemos el “que”, el objeto; pero un objeto que no está en relación de subordinación. La crítica debe adquirir, mediante este juego dialógico, su mismo nivel. Aquí, se puede observar otro de los aportes de Barthes en donde el sujeto no puede ser pensado fuera de su objeto. En donde se rompe esa dicotomía positivista sujeto-objeto,puesto que el sujeto ES lenguaje. La crítica literaria (a diferencia de la crítica de la música, por ejemplo) habla con el mismo lenguaje que su objeto y por eso no puedo disponer de él como un simple instrumento sino que se compromete en hacer una segunda escritura; suscitando el juego infinito de los espejos.
En relación con todo esto, propone hacer de la crítica un discurso autónomo- conrespecto al objeto. Una autonomía respecto de lo histórico, de lo social, de lo psicológico. En el sentido, del que luego hablará Giordano, de desprenderse de lo que la limita. Despojarse de los discursos para abrirse a la significación profunda de aquello que la inaugura: la palabra negada, arcaica, del deseo. Este deseo que necesita de una lectura transferencial en donde el sujeto se aniquila en elobjeto. Y es en este momento de despojo cuando la palabra del deseo se hace oír y adviene la significación de la obra. En ese momento de transferencial pasional que un lector establece con el texto.
Lo mismo que define a la literatura como ese menos donde se funda y afirma. Esa falta, eso no-dicho. Idea que se podría asociar con lo propuesto por Foucault acerca de la literatura que se gesta en esehueco donde aparece. Esa hoja en blanco antes de ser escritura.
Anteriormente había mencionado el qué, sin embargo no habría que caer en la idea de que la crítica es una actividad transitiva. Sino que para que aparezca la literatura el sujeto debe aniquilarse en el objeto (desaparece el sujeto, aparece la literatura). Esto sucede cuando se escribe.
La literatura es esa sensación, ese estado dedeseo, de placer, de transferencia. Y la función de la crítica es leer lo negado por la misma literatura. Acercarse a las voces silenciadas, a los ensombrecimientos de las lecturas oficiales.
Vemos cómo el autor recurre a muchos términos del psicoanálisis -especialmente lacaniano- a lo largo de su recorrido: fantasma, goce, transferencia, deseo, sujeto, falta. Sin embargo, bien aclara que noson categorías epistémicas.
Ante la pregunta ¿Dónde se ejerce la crítica? Rosa nos dice que el espacio institucional es el espacio de exclusión de la literatura. En el imaginario de la crítica contemporánea toman cuerpo tres fantasmas: (fantasma es el sentido de miedos que imposibilitan al crítico posicionarse como tal)
El de la paternidad textual: el reconocimiento y la búsqueda de las fuentesoriginarias. Lugar utópico. Originario mito de fundación para llegar a descubrir que el fundador no es sino el hijo.
El fantasma de la pluralidad de sentido: ante la necesidad imperiosa de despojarse del único sentido de la antigua crítica se reivindica la pluralidad de sentidos. Sin embargo, Rosa –retomando a Bajtín- dice que todo discurso polifónico acaba siempre por monologizarse. Con esto...