conciertazo

CONCIERTAZOOOOOO

La siguiente es una crónica de una noche simplemente inolvidable, una noche que jamás pensé que llegaría y que, gracias a la bendición de Dios, la compartí con cerca de 50 mil personas que seguramente se sienten tan igual de extasiadas y satisfechas como yo, después de haber disfrutado del mejor concierto de mi vida.
El día: 9 de mayo. El lugar: Estadio Monumental de Lima(soy aliancista, pero era la única manera de pisar ese estadio); la hora: 9:30 de la noche, a pesar que nuestros boletos decían a las 8 pm. El artista: el mejor, el único, el cantante que hacía que gaste mis ahorros y por el que era capaz de endeudarme hasta el cuello y/o postergar otras prioridades, Paul Mc Cartney, el famosísisisisisisimo ex beatle.
Por fin llegó el 9…
Esa mañana (para suertemía, mi Benjamín estaba de vacaciones al igual que yo), desperté sumamente relajado y contando las horas para irme al Monumental. Cristina no transmitía esa emoción mía, pero estaba igual de entusiasmada. Benjamín, por su parte, no entendía nada y yo, a pesar de los esfuerzos para que se enganche escuchando a los 4 grandes de Liverpool, él prefería a Chino y Nacho.
Aún así, mientrasdesayunábamos, puse radio Doble 9, que desde las 9 de la mañana, todos los días, dan un mini especial de los Beatles. Pero ese 9 de mayo (curiosamente, el número preferido de Jhon Lennon, el 9, figura a cada momento de esta redacción), pasaron más de una hora con la música de Mc Cartney en vivo, como preparándonos para el concierto de la noche.
Las previas
La mañana no estaba tan calurosa, Cristina y yococinamos una sopita de lentejas, arroz con pescado frito y un refresco. A cada momento le recordaba que íbamos a ver, al cabo de unas horas, al legendario beatle. No lo podíamos creer.
La música de fondo acompañaba nuestros preparativos y nuestro Benja, inocente, preguntaba a dónde iríamos. Lo engañamos diciéndole que íbamos a un lugar lejano donde teníamos que caminar bastante y llegaríamoscansados, cosa que lo desanimó.
De esa manera, recuerdo que salimos a tomar la combi hacia el estadio a las 3 de la tarde y unos minutos más.
El estadio, empieza el delirio
Curiosamente, esa tarde ningún carro que iba al Monumental pasaba. Tina me dijo que estaban esperando que sea más tarde para llenarlas de pasajeros y cobrar más, pero afortunadamente, tras cerca de media hora de espera, llegó unacombi. Subimos, no había asiento, pero la emoción superaba todo. El sol ya se había asomado y cubría la carretera central.
Bajamos en la avenida Separadora Industrial y de ahí abordamos un mototaxi que nos dejó en las afueras del estadio. Nuestro ingreso se hizo, no por la parte de Javier Prado, sino por el lado de Ate, donde la gente no se aglomeraba tanto; sin embargo, las colas ya empezaban acrecer.
Con boletos en mano, ingresamos el primer tramo. El corazón, al menos el mío, latía más fuerte, y eso que faltaba más de cinco horas para que se inicie el concierto. Llegamos a la cola, nos instalamos a una distancia prudente de la puerta de ingreso a nuestra zona (VIP) y esperamos, y esperamos, y seguíamos esperando… hasta que decidí acercarme a la puerta.
Sólo por media hora
Me puse aconversar con un policía, quien me dijo que hacía solo media hora antes, Paul Mc Cartney había hecho su ingreso por esa zona donde hacía mi cola. Me comentó que fue una locura total porque el gringo sacaba su brazo y saludaba a todo el mundo.
Miré a Cristina a la distancia y la odié por un momento, porque por su culpa habíamos llegado algo retrasados y nos perdimos uno de los mejores momentos denuestras vidas. Y mientras me contaba eso, escuchaba la prueba de sonido. El ambiente ya estaba a mil a 3 ó 4 horas de iniciarse el súper concierto.
Los personajes que desfilaban por la cola eran dignos de fotografiarlos. Había caracterizaciones de todas las etapas, hasta un chibolo de unos 12 años tenía la pinta de la primera fase. Después los polos, de todo tipo y color. La fiebre estaba...