Condiciones de posibilidad de una práctica

III Congreso Nacional de Didáctica de la lengua y la literatura (Universidad Nacional de La Plata y Universidad Nacional de San Martín) Panel Plenario

Condiciones de posibilidad de una práctica

Beatriz Bixio

Quienes compartimos hoy este salón tenemos una preocupación común, la enseñanza y, de una u otra manera, nos interrogamos sobre las condiciones de posibilidad del enseñar,condiciones que son también de legitimidad de la práctica, condiciones de educabilidad. Se trata de un problema complejo que exige un abordaje que excede lo disciplinario, aunque todavía tengamos que debatir dónde ubicar estas interesecciones: ¿en la antropología, la sociología, la psicología? ¿en todas ellas? ¿cuál línea teórica de cada uno de estos campos disciplinarios será la apropiada para lacomprensión de los fenómenos que nos interesan?. Voy a hacer una breve reflexión sobre estas cuestiones desde una posición algo incómoda en este escenario, desde un lugar de enunciación que disciplinariamente no es el de la didáctica. El lugar desde el cual hablo es más bien el de la sociolingüística, o mejor, una lingüística social o sociología del lenguaje, y desde aquí planteo como propuesta introducirla variable sociocultural como eje para las consideraciones de los problemas de enseñaza en general y de enseñanza de la lengua y la literatura en particular. Agradezco especialmente a Gustavo Bombini y Graciela Herrera su insistencia en que ésta era una de las líneas que había que profundizar y que, con sus continuas invitaciones a debatir estos problemas, no dejaron que me alejara de este campo.Ahora bien, ¿por qué introducir la variable social? Por un lado porque ha sido ampliamente demostrado que el fracaso educativo tiene una distribución social –las estadísticas son claras en todos los niveles de enseñanza y la relación puede enunciarse como inversamente proporcional: se desciende en la escala social y se asciende en los índices de fracaso o deserción-; sin embargo, aún no hemospodido reconocer exactamente en qué lugar se localiza la dificultad. En otras palabras, ¿qué datos de la ubicación social son determinantes en el proceso de enseñanza? ¿Los nutrientes, las

expectativas de los padres, la estructura lingüística (en este caso, qué nivel: fonético, gramatical, semántico)? ¿Es el discurso el que interfiere en las posibilidades de éxito/fracaso? Las respuestas han sidomúltiples, sin embargo, aún se trata de un fenómeno no explicado en su totalidad que merece seguir centrando la atención en él. Al menos eso creemos quienes estamos convencidos de que el mayor esfuerzo de la reflexión académica tiene que concentrarse en la búsqueda de alternativas que aseguren la igualdad en el acceso a los bienes simbólicos de todos nuestros jóvenes y niños, en particular, por loque de ello se deriva a nivel de concientización y participación democrática activa en el diseño de modelos sociales, políticos y económicos. Es a esta población (mayoritaria o no), que históricamente queda al margen de las posibilidades de acceso a dichos bienes simbólicos, a la que se tiene que orientar definitivamente nuestra atención; es ésta la población en la que uno piensa cuando proponeabordajes con eje en lo social y lo cultural; creo que aquí deberían estar emplazadas prioritariamente nuestras reflexiones e investigaciones. Sin embargo, no es ésta la única razón que justifica centrar la reflexión en la variable social. Puede no haber fracaso pero sí violencia, afectación a procesos identitarios de etnia, de inscripción social, comunal, barrial, de género. Insistimos en centrarla atención en la variable sociocultural porque estamos convencidos de que el lenguaje que enseñamos -y en el cual se imparten todas las prestaciones escolares- es un fenómeno social; porque los sentidos de la literatura que enseñamos son sociales; porque aceptamos que los sistemas simbólicos (y entre ellos el habla y la literatura) se configuran con mediación de la estructura social, y ellos,...