Conexion con la historia
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Conexión con la historia
Esta arteria que se encuentra en el corazón de la capital mexicana, además de ser un epicentro social durante siglos, figuró como mensaje en los juegos de poder posrevolucionarios
Por luis EnriquE MoguEl*
Madero, calle de la discordiaa mañana del 20 de noviembre de 1914, el general Heriberto Jara, gobernador carrancista del Distrito Federal, develó la placa con la que se confirmaba el cambio de nombre a la avenida San Francisco de la Ciudad de México por el de Francisco I. Madero. En la misma ceremonia se sustituyeron los nombres de las calles Isabel la Católica y Plaza Villamil por los de José María Pino Suárez y Aquiles Serdán, respectivamente.La fecha parecía oportuna: correspondía al cuarto aniversario del inicio de la Revolución. Sin embargo, a excepción del homenaje a Aquiles Serdán, el evento tenía más vínculos con la muerte de Madero y Pino Suárez que con la convocatoria del Plan de San Luis. Pareciera que los hombres de Venustiano Carranza habrían esperado la ocasión para aprovechar, con astucia política, un acto conmemorativo. Cambiarle el nombre a la principal avenida de la ciudad no podía entenderse sólo como un homenaje desinteresado a la persona que, al menos teóricamente, todos los revolucionarios reconocían como su origen. No. El acto era un mensaje.En primer lugar a los capitalinos, a quienes se les manifestaba que en el futuro la calle mayor ya no sería el paseo donde los “lagartijos” gastaban sus días admirando a las elegantes damas herederas de la rancia alcurnia porfiriana. Su mundo, que iniciaba entre el Jockey Club y el templo de San Francisco, y terminaba entre las joyerías de los plateros, se había transformado. El mensaje para los citadinos no era necesariamente una amenaza: más bien, un recordatorio. Los otros destinatarios se encontraban entonces en Aguascalientes, ...
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