Confesi N 1

[b] Declaración [/b]

Ichigo caminaba lentamente en dirección a su casa, al fin el último día de clase había llegado, ahora por delante todo un mes de vacaciones antes de que comenzase el nuevo semestre. Fuera de lo habitual iba solo, si completamente solo ni sus amigos ni las insoportables almas modificadas; no estaba seguro de que sería lo que estaban tramando pero estaba contento, llevabamucho tiempo que no estaba a solas, y con todas las cosas que en estos últimos días estaban dando vuelta en su cabeza le venía bien estar sin compañía y sin distracciones. Y al parecer hasta los habitantes del Hueco Mundo se habían ido de vacaciones o tramaban algo gordo, ya que llevaban un par de semanas sin dar señales de vida, cosa que a sus amigos les tenía un poco preocupados, y él aunqueintentaba aparentar tranquilidad también le preocupaba lo que se pudiese estar tramando allí.
Llegó a su casa, entró y al descalzarse notó que estaba solo en la casa, los calzados de sus hermanas y de su padre no estaban en el lugar habitual, se extrañó un poco, por lo general a esas horas sus hermanas ya estaban allí atareadas con los preparativos de la comida. No le dio más vueltas y lentamente subiólas escaleras dirigiéndose a su habitación, el sonido de sus pasos sobre la madera del suelo apenas si era un sordo sonido. Llegó ante la puerta, la abrió y entró cerrando tras de si y pasando el seguro, no solía hacerlo nunca, nadie acostumbraba entrar a su habitación sin llamar, bueno la única era aquella enana shinigami que últimamente se empeñaba en vivir en su armario, pero sabía que noestaba allí no sentía su presencia y si era cierto que había acompañado a Orihime de compras estarían toda la tarde fuera.
Dejó el maletín de la escuela sobre la silla del escritorio, se quitó la camisa blanca y la tiró al cesto de la ropa sucia, tumbándose a continuación en su cama, el calor comenzaba a notarse y empezaba a sentirse un poco incómodo, así que tomó el mando del aire acondicionado desobre la mesita de noche y lo accionó, a los pocos minutos el ambiente comenzó a sentirse mejor.
Cruzó sus brazos bajo su cabeza cerró los ojos y comenzó a recordar poco a poco todo lo que le había pasado últimamente.
No es que su vida fuese de lo mas normal, de siempre había tenido la extraña capacidad de ver y hablar con los espíritus de los muertos, el vivir esquivando los continuos ataques desu padre y estar en un dojo desde su niñez le han dado un buen cuerpo, bastante fuerza y agilidad. Pero lo peor o lo más complicado había empezado aquel fatídico día en el que aquella joven vestida de negro y que decía ser una shinigami irrumpió por la ventana de su habitación y momentos después aquel enorme monstruo los atacaba a ambos, a partir de ese momento todo había sido una espiral desucesos increíbles. Empezó con aquella pelea en la que él era un simple espectador, pero que al ver que la mujer iba perdiendo y que sus personas más queridas estaban en serio peligro acabó atravesándose el cuerpo con la katana que ella llevaba convirtiéndose en shinigami, tras esto todo empezó a girar sin parar complicándose cada vez más. Apenas si tenía tiempo libre, como sustituto por las noches ocada vez que uno de aquellos malditos hollows apareciese había que eliminarlos, tenía que aprender el oficio en tiempo record, dominar aquella enorme hoja que portaba y encima averiguar su nombre si quería que evolucionase, ser aceptado por los otros, proteger a sus amigos que desarrollaban poderes extraños al parecer por estar cerca suyo, salvar a la enana y chillona mujer, etc., etc., losentrenamientos con Urahara eran agotadores. Necesitaba un respiro.
Y para empeorar todo su corazón y su mente estaban pensando últimamente sólo en una cosa, y esta no dejaba de darle vueltas en la cabeza. Sólo la veía a ella, su nombre pasaba infinidad de veces por su mente al cabo del día. Rukia, Rukia una y otra vez, en los últimos días se había excitado incluso al pensar que estaba tan cerca de...