Confesiones

Lunes 9 de Agosto de 2010. Una salita de penumbra premeditada y un enigmático acompañante. Ha prometido que será hoy la tarde en que me relate algunos de los hechos que presenció y de algunos otrosde los cuales él mismo formó parte, todos ellos extraidos de sus memorias como integrante de tropa del Ejército Mexicano.
Con una gran cantidad de especulación y señalamientos derivados de su modo devida, decide poner un alto a las múltiples versiones vecinales que, luego del tiempo, han detonado en un conjunto de comentarios descalificadores hacia su persona y la forma en que se conduce con losdemás. De manera que hoy desea desmentir y desaprobar todos éstos comentarios que él califica de no tener nigún fundamento.

Jaime Hernández es un exmilitar jubilado. Habita una pequeña casa colorladrillo, estilo colonial, estoica y formal como él mismo. Vive solo. Ocasionalmente es visitado por su hijo quien representa ahora su unico lazo familiar.

Su vida en soledad es, precisamente,unos de los rasgos que a mayor especulación se ha prestado, y el inesperado abandono de su esposa fue de dominio popular.

Diariamente -narra el exmilitar-, sale de su casa con motivo de compras. Alno demorarle mucho éstas, regresa por la tarde luego de una pequeña caminata. Ésta representa en esencia toda su rutina. Ya de regreso, el exmilitar se abstiene de hablar con cualquiera.

Intrigadopor la atmósfera de violencia que vive actualmente México, como consecuencia de la lucha armada tan sangrienta entre los cárteles de la droga y las fuerzas policiales y militares, nuestro interlocutorse dice intrigado y sorprendido, no estrictamente por los hechos violentos que tantas vidas de inocentes se ha llevado injustamente consigo, sino por un suceso de dimensiones más profundas ycontundentes.

Cuenta el exmilitar, como prueba de lo que realmente se está destapando, que durante su carrera castrense fue testigo de inumerables hechos, caracterizados todas y cada uno por su contenido...