Congelacion patata

¡Maldito ruido! una mano a tientas sobresale entre las sábanas y tras un par de intentos, da un palmada que silencia el pi-pi-pi-pi....incesante que sin preámbulos te devuelve a la realidad. ¡Nopuede ser!, seguro que no presté atención y grabé un número equivocado y vuelvo a cobijarme y recuperar el momento en el que me había quedado. ZZZzzzzz. Oigo los gritos de mi madre que no sé qué dice dela hora y del instituto. Se vuelca la colchoneta que me balanceaba en las plácidas aguas y estoy incorporado mirando perplejo el despertador que no me ha despertado. Con un rápido aseo y la primeraropa que asoma en el armario, salgo apresurado para coger el ascensor, que como si tuviera todo el tiempo del mundo, le oigo parar en el piso de arriba, y no acaban de entrar en él. Cuando por fin abrola puerta y me reciben con el saludo de cortesía, respondo por inercia, porque precisamente no ha empezado bien el día. Mientras llegábamos a nuestros destinos, unos ruidillos estomacales, cada vezmás insistentes, me recordaban lo vacío que estaba, y la obligada huelga de hambre que me esperaba. ¿Quién podría estar atento con semejante vacío?.
El trayecto con la bicicleta tiene más obstáculosque una prueba atlética, semáforos en rojo y personas que aparecen sin saber cómo y me obligan a maniobrar, con un pie casi en el suelo. Queda poco tiempo, pero aún es posible. Los pasillos delinstituto parecen más largos y concurridos que otras veces. Tras algún tropiezo que otro y subir las escaleras a pares, no me ha sido posible cruzar la meta. Me he encontrado con la puerta en las narices,pasaba demasiado tiempo del comienzo de la clase. Definitivamente el día estaba torcido, unos momentos de sosiego para recuperar el aliento, y una aguda sensación de vacío estomacal me hace reaccionarpara tomar la primera decisión que consiga enderezar el día: un completo bocadillo en la cafetería. En efecto los ánimos mejoran con el estómago lleno y parece que una nueva energía me anima a...