Conocimiento 1

HISTORIAS DE UN CONOCIMIENTO MUSICAL IMAGINARIO1
Hilda Mercedes Morán Quiroz
A Güicho y a Merry, siempre jóvenes y sabios
A Emilio, capaz de cantar hasta cuando duerme

Síntesis
Se exponen aquí diversos argumentos que sostienen que nuestros
conocimientos musicales están muy lejos de cumplir con los requisitos
que un verdadero conocimiento, en cualquier campo, exige. Antes bien,
la enseñanzamusical formal perpetúa acríticamente saberes y creencias
que impiden la consolidación de un conocimiento que esté en relación
con la realidad de la cual debe dar cuenta.

Obertura mínima, sin ópera pero con advertencia
En estas páginas se pretende dar cuenta de un conocimiento que no es tal. En consecuencia,
es necesario advertir que muy probablemente este planteamiento causará más dudas que
certezas,más confusión que esclarecimiento, más enojos que simpatías. Sin embargo, guardo
la esperanza de provocar por lo menos curiosidad al respecto, puesto que pienso que el
conocimiento no puede partir más que de la curiosidad y pasión personales que posibiliten el
paso a lo que luego se da en llamar “necesidades puramente humanas”, o “sed de
conocimiento” de una sociedad. En las historias que aquí secuentan, se mezcla
necesariamente mi historia personal, pues es ésta la que he vivido, y, por ello, “lo que me sé”
criterio con el cual Arthur Rubinstein decía elegir las piezas que interpretaba, aunque esto, en
mi caso, tal vez sea más en el sentido de saborear que de conocer “objetivamente”.
Así pues, la presente reflexión es producto de casi treinta años de experiencias,
observaciones eindagaciones en el ámbito musical, desde diferentes perspectivas: como
estudiante de música y de pedagogía musical, como profesora de música y como investigadora
en el campo de la sociología de la educación y de la cultura. He tomado como eje los cursos de
Pierre van Hauwe, debido a la gran aceptación que tuvieron sobre todo para la educación
preescolar en nuestro país. Veinte años después, y a pesarde que su método no se haya
establecido oficialmente en nuestras escuelas, algunas de sus canciones siguen abriéndose
paso entre las que educadoras, niños y padres de familia consideran “tradicionales”, según
descubrimos a raíz de una investigación reciente acerca de la transmisión de canciones en la
zona de la Hermosa Provincia.
Sin embargo, y aunque no se mencionen en el desarrollo de estetrabajo, están también
1

Quedo en deuda con quienes posibilitaron y animaron este escrito con sus
conversaciones, críticas, comentarios, preguntas y apoyo: Fernando Leal, Celia Quiroz,
Marco A. Cortés, Agustín Vaca, Ma. Gracia Castillo, Ricardo Ávila y Rodolfo Morán G.

presentes en él las aportaciones de un buen número de pacientes interlocutores que hicieron
las veces de expertos guías en un caminoque aún no acaba de construirse. A sabiendas de
que la lista es interminable, recordemos aquí a Gábor Friss, John A. Young, Denise Bacon,
Erzsébet Szónyi, Erzébet Hegyi, Ildiko Hérboly, László Vikár, Ida Erdei y Dianna Hoermann,
cuyas observaciones, críticas y enseñanzas permitieron a quien esto escribe revisar los propios
conocimientos musicales desde una perspectiva distinta a la adoptada porla educación musical
en México.
Estudiar música formalmente en este país, por lo general significa sobre todo adquirir
habilidades concretas, ligadas inmediata y directamente a la interpretación de obras musicales
más o menos complejas, de manera que el mayor énfasis recae sobre la práctica instrumental o
vocal. Los programas de estudio “serios” incluyen además solfeo y armonía (¡por supuesto!),más un poco de lo que se considera “cultura general”, es decir, historia de la música y
apreciación musical. Si bien nos va, unos cuantos apuntes de didáctica de la música (por si
fracasamos como músicos y tenemos que dar clases a niños sin talento), y tal vez un poco de
dos o tres idiomas diferentes. Impresionante paquete que, al menos en teoría, implica una gran
cantidad de conocimientos cuyo...