Conquistando El Aconcagua
El Monte Aconcagua no sólo representa unas de las montañas más altas del mundo, es también el sueño de casi todos los andinista. Sus más de 6 mil metros de alturaconvierten el ascenso a la cima en prácticamente una odisea; sin embargo, anualmente cientos de soñadores se preparan física y mentalmente para luchar contra las inclemencias de la naturaleza, asumiendo asílos riesgos propios de esta travesía. Entonces, ¿qué los motiva a hacerlo? Hace algunos años tuve la oportunidad de asistir a una conferencia de Proyecto Cumbre, una agrupación de montañistasmendocinos, durante la cual uno de sus integrantes respondió a esa interrogante de la forma más inesperada: “el camino es la meta”. En ese momento, el silencio invadió la sala, como si todos estuviéramosexperimentando un momento de iluminación. Definitivamente, su respuesta me impactó y a partir de allí esta frase se quedó conmigo.
Frecuentemente, como individuos y profesionales solemos enfocarnos enlas metas que nos proponemos alcanzar, ellas se convierten en cifras, estadísticas, planes y scorecards; pero, ¿realmente nos concentramos en lo que hacemos día a día para alcanzarlas? Así como elmontañista entrena diariamente para que su cuerpo alcance las condiciones requeridas para el ascenso, así debemos canalizar nuestra energía y desempeño manteniéndonos presentes en el ahora, siendoconscientes del impacto que nuestra contribución tiene sobre el equipo de trabajo, la compañía, nuestro entorno y nosotros mismos.
Sin importar qué tan desafiante parezca una meta, siempre existiráncaminos que nos permitan alcanzarla, la travesía de uno es la travesía de todos. Solemos disfrutar del éxito cuando airosamente conquistamos las metas, sorprendentemente, minimizamos lo que el caminohacía ellas representó, siendo allí donde aprendimos, trabajamos en equipo, nos fortalecimos y enfrentamos nuestros miedos. Subestimamos además la contribución del otro para el alcance de la meta,...
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