CONSENSOS TÁCITOS Y EXPLÍCITOS EN LA ULTIMA DICTADURA MILITAR (1976 - 1983)
En el caso de la última dictadura existió, por un lado, un consenso tácito extendido y, por otro, uno explícito más acotado. A diferencia, por ejemplo, del golpe de 1955, cuando multitudes antiperonistas salieron a manifestar su apoyo a la autodenominada Revolución Libertadora, en la noche del golpe militar de 1976 en Buenos Aires, la Plaza de Mayo estuvo completamente desolada(ver “Galería de imágenes” del apartado Terrorismo de Estado). No hubo movilizaciones y mucho menos señales multitudinarias de adhesión al golpe. Sin embargo, muchísimos argentinos en el ámbito privado aceptaron el hecho como una «solución» a la crisis de gobernabilidad que se había creado en los últimos meses del gobierno de Isabel Perón, seguramente bajo la idea –recurrente en el siglo XXargentino– de que la única opción frente al fracaso del gobierno constitucional consistía en confiar a los militares la tarea de recomposición de la autoridad y el orden.
Este consenso tácito se complementó con otros consensos explícitos. Sectores de alto poder económico apoyaron el golpe, como lo prueba la fuerte suba de las acciones en la Bolsa de Comercio el día después del derrocamiento deIsabel Perón. La Sociedad Rural Argentina también manifestó su apoyo. Entre los partidos políticos tradicionales, la respuesta osciló entre el silencio, la aceptación de la situación como si fuera la única opción posible y el apoyo directo. Los sectores de mayor jerarquía de la Iglesia dieron su aval la noche previa al golpe en una reunión secreta con la cúpula militar. Y los medios masivos decomunicación proporcionaron una interpretación auspiciosa de la situación. Incluso, ciertos sectores de las organizaciones insurgentes interpretaron que el golpe favorecía las expectativas revolucionarias porque de ese modo se tornaría más visible para el pueblo quién era el verdadero enemigo.
Si bien la Junta contaba con estos apoyos tácitos y explícitos, en la madrugada misma del día del golpe sedispuso una serie de operativos, implementados al margen de toda legalidad, destinados a detener a un gran número de militantes, estudiantes, obreros e intelectuales, entre otros, cuyo destino fue la cárcel o la desaparición. Esta modalidad represiva –el signo distintivo del terror instalado por la dictadura de 1976– es un indicador de que no toda la sociedad estaba dispuesta a avalar el Plan deReorganización Nacional de la Junta Militar.
“VÍCTIMA Y VICTIMARIA” / RESISTENCIAS
¿Cómo evaluar el comportamiento de los distintos sectores sociales frente al terrorismo de Estado? ¿Desconocían aquellos que avalaron el régimen militar el dispositivo de terror? ¿Cómo fue posible que a lo largo y a lo ancho de todo el país hayan existido centros clandestinos de detención, la mayoría de ellosinstalados en los grandes centros urbanos o en el centro de los pueblos? ¿Qué decir sobre el comportamiento social ante el mundial 78 y la guerra de Malvinas? Estas son quizás las preguntas más difíciles de responder al momento de explicar lo sucedido durante la dictadura, porque así como la vida cotidiana siguió «naturalmente» –las personas se casaron, tuvieron hijos, estudiaron, trabajaron–,...
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