Consideraciones Sobre Pablo Picasso

Introducción



El nombre de Picasso s ' eleva ampliamente sobre todos los los que desempeñaron un papel preponderante en la gran mezcla de las corrientes del No Figuratisme y esta revolución en el arte que se dio para objetivo de lanzar el descrédito sobre la imitación de la naturaleza.'

Apenas se puede aujourd' proponerse hoy pronunciar el nombre de Picasso sin que él se le estéjuntado el epíteto de " ingeniería ". Esta ingeniería de Picasso parece un hecho tanto establecido que la poca gente se atreve aún a impugnarlo abiertamente. Con todo, mucho, dados entonces que garantizaron que no se los tomará para espíritus embotado incapaces de comprender las profundas concepciones del arte moderno, reconocen que les no gusta mucho la pintura de Picasso. Se les impresiona operturbado les no lo gusta sino por su notoriedad, por todos los intelectuales, escritores, periodistas " autorizados " y " especialistas " que no parecen tener ninguna duda sobre su ingeniería, por las cifras asombrosas que se proponen pronunciar al tema del menores de sus telas. Además, so'lo teniendo su gusto y su instinto, mal armado para discutir de las ideas sobre el arte, no saben cómoresponder a adversarios cuyos argumentos son a menudo pobres sino defendidos a veces con destreza y con seguro por la palabra o por el escrito.

Léon Gard está sin duda, entre los que lo impugnaron, el que mejor delimitó el fenómeno Picasso y que habló con el más de pertinencia.

Presentamos aquí tres artículos sobre Picasso escrito por Léon Gard en el Diario " Apollo ": " que valen el prePicasso - cubistas " (1948), " " la Fábula del tiempo azul "(1951)," Meissonier y Picasso "(1952)."







¿Qué valen el Picasso precubistas?

Por Léon Gard



Las personas irritadas - con mucha razón, reconocen el - por la dudosa calidad de la actitud de un Picasso van aún a acusarme volver a hablar, opinantque es concederle demasiada importancia. A eso, replicaré que llegué a descuidar el hecho de que el nombre de una persona sea menos extendido cuanto más o menos, convencido que, con las astucias modernas, él fabrico demasiado las notoriedades para que allí no tenga chiquillada que evaluar los talentos relativamente a esta notoriedad y que temer dar una ventaja a la gente al hablar ellos es caer enla debilidad de creer que una cosa importa en la medida donde el se habla. Que se lo quiera o no, todo, en realidad, se basa en el principio de la buena fe: ninguna publicidad, tan masiva o sea, conseguiría si los que lo hacen no se esforzaban antes muy de de parecer sinceros, y la cuestión se reduce finalmente pues a aclarar la verdadera buena fe de la buena fe simulada, el verdadero razonamientocorrecto del razonamiento especioso.

A continuación, que cuando se sufre de una herida seria, no es fingiendo no verlo que se puede curarla, sino al contrario examinándolo atentamente, de manera por informarse de su causa y a comprobar el punto de evolución donde es.

Finalmente que la cuestión Picasso es una pregunta menos de nadie quienes de propaganda tendenciosa, insinuando yactiva, y la que argumentación, a mucho cerca, suficientemente no se refutó. Bien puntos permanecen por consiguiente a precisar, y se siga que no se puede a la vez explicarse sobre las cosas y no hablar de estas cosas.

Dicho eso, observan muy de acceso que desde hace alrededor de dos años, Picasso perdió un punto capital: no se atreve a defender más muy seriamente su obra cubista ni su obra postcubista. Los cuadros de estos períodos han hecho ruido por su ruptura violenta con toda especie de visión plástica plausible. Se había presupuesto que esta ruptura contenía, se anunciaban nuevas concepciones ilustradas de gran envergadura ya que, de confianza, se proporcionaban estas concepciones a la virulencia de la provocación. El lado tanto de ma's inintelligible de estos cuadros que el autor...