CONSORCIO DE COPROP C DAMONTE -D.REALES

Tribunal: Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil, sala G
Autos: “CONSORCIO DE PROPIETARIOS VUELTA DE OBLIGADO 2270/76 C/ DAMONTE,
ALBERTO E. Y OTRO”
2ª INSTANCIA.- Buenos Aires, 29 de noviembre de 2005
El Dr. Montes de Oca dijo:
I. La sentencia de la anterior instancia hizo lugar a la pretensión deducida por el consorcio que
allí se indica y condenó a los accionados, a quienes se lesimpusieron las costas, a cesar en la
actividad comercial de venta y almacenaje de animales en la unidad funcional n. 1, a retirar la
ventana vidriada y adaptar el toldo existente en el patio que integra esa unidad, con las
modalidades que el pronunciamiento establece. Sólo recurrieron los demandados Alberto E.
Damonte, propietario del bien, y la locataria Mónica R. Basalo, quienes expusieron enesta
alzada diversos argumentos en procura de la revocación, cuyos respectivos traslados fueron
debidamente contestados.
II. Puede verse que la sentencia recurrida contiene una exhaustiva valoración de las
pertinentes disposiciones del Reglamento de Copropiedad, especialmente en lo que se refiere
a la actividad comercial permitida (arts. 6 y 8), en consonancia con la normativa del art. 6 ley13512. Asimismo, la a quo apreció la convivencia excepcional de los copropietarios con los
animales que se venden en el local ("El insomnio de la iguana") de los demandados, a saber,
reptiles (boas, pitones e iguanas de diferentes clases y tamaños, entre otros), que en los dos
primeros casos se alimentan de roedores y pollitos vivos, también existentes en dicho local. De
igual manera, consustento en las comprobaciones contenidas en el dictamen pericial del
médico veterinario (fs. 176/181, cumplido a fs. 195 y coincidente con lo que ya informara el
perito interviniente en su dictamen obrante a fs. 74/75 del expte. 28670/2000 -prueba
anticipada- que data del 2 de octubre del mismo año) meritó la cantidad de ratas que se
encuentran en las jaulas, así como que su crianza en lugaresde ventas de "mascotas" está
prohibida, no así, en principio su tenencia en razón de constituir el alimento (vivo) de aquellos
ofidios. No dejaron de ponderarse las enfermedades propias de las especies, tanto como que
los reptiles y roedores son especialmente escurridizos debido a sus hábitos y características
anatómicas.
Cabe agregar que episodios de estas características ocurrieron en lapuerta de ingreso del
departamento n. 4 contiguo al patio del local de comercio, según lo ponen de manifiesto los
testigos Mónica I. Vieites, fs. 140/142; el encargado del edificio Mario Sosa Villanueva, fs. 143,
y el copropietario sorprendido -con su dolencia cardíaca a cuestas- por el encuentro con un
ofidio en la puerta de salida de su departamento, además de la existencia de cueros liberadospor los reptiles durante la muda. En igual sentido, pueden verse las fotografías adveradas
notarialmente de fs. 52/57 del mentado expediente de prueba anticipada. Mientras que en el
acta del 8/11/1998 el escribano interviniente pudo advertir el fuerte y nauseabundo olor que
existía en el lugar, que se incrementaba a medida que se acercaba al patio interno colindante a la unidad de la actora, yque lo acompañó con persistencia digna de mejor causa durante todo
el recorrido (fs. 38/40; en igual sentido véase el acta del 14/2/2000).
Cabe poner de relieve que el común denominador que refieren los cuestionamientos de los
demandados no constituyen, en realidad, verdadera crítica, toda vez que no se hacen cargo de
que la razón de ser de la normativa citada se ubica siempre en permitir lanormal convivencia y
la tranquilidad de los restantes copropietarios, e incluso de los vecinos que habitan inmuebles
cercanos, pues no es habitual que boas, pitones y otros reptiles, tengan siquiera la simple
posibilidad de recorrer esos lugares aledaños, dejando cueros luego de la muda, ingiriendo
roedores vivos y produciendo olores que no son agradables. De más está decir que las mismas...