Constitucion
Por Alfredo Rangel
No comparto las opiniones del procurador Ordóñez sobre los homosexuales y el aborto. De paso, es interesante constatar que el Procurador y FidelCastro piensan exactamente lo mismo sobre los homosexuales. Pero mis diferencias de opinión con Ordóñez no me impiden reconocer que él está cumpliendo con su deber: administrar justicia. Y que elfanatismo de sus críticos no tiene límites exigiendo justicia, pero a la carta: que sus adversarios sean sancionados y que sus amigos sean inimputables.
La situación no podría ser más paradójica: alProcurador lo señalan de "ultraderechista", "laureanista", "hiena" y "misógino", entre otras linduras. Pero sus fallos sancionatorios han sido mayoritariamente contra ex funcionarios o ex apoyos políticosde un gobierno que esos mismos críticos califican de "derechista": un ministro de gobierno, el secretario general de la Presidencia, tres directores y dos subdirectores del DAS, el director de la Uiafy nueve parlamentarios acusados de parapolítica. Si el Procurador fuera una persona de ideas liberales o "progre", sus actuales críticos tal vez lo estarían aplaudiendo. Pero el fanatismo de suscontradictores se lo impide: no le perdonan su ideología.
Por eso es que esos críticos han armado el más grande alboroto cuando el Procurador, administrando justicia, anunció su primera y única sanciónpor un caso de farcpolítica, el de la senadora Piedad Córdoba. Ahí fue Troya. En ninguno de los casos en que ha sancionado a ex funcionarios de un "gobierno derechista" o a parlamentarios porparapolítica sus críticos han cuestionado la capacidad investigadora de la Procuraduría ni el sustento jurídico de sus decisiones, y nunca han dicho que se trata de una persecución política. Pero cuandosanciona a una opositora de un "gobierno derechista", ahí sí se trata de una "chapuza jurídica", una "colosal infamia", un "engendro" y un caso de persecución política.
Para controvertir la sanción...
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