Consumo Responsable
Desde hace ya demasiados
años, el poder político que
debería gestionar la sociedad
según la voluntad de la
población, obedece ciegamente
a los dictados delpoder
económico. Nuestros votos
en las urnas no son, desde
luego, suficientes para la
construcción de una verdadera
democracia. Como ciudadanos,
nuestra acción política
ha de extenderse a todaslas esferas de la sociedad
y de lo cotidiano. El consumo
es una de esas esferas, una
pieza fundamental en la que
debemos incidir política y
económicamente. Si conseguimos
dotarnos de lainformación
de la que actualmente
carecemos, el consumo
se puede convertir en
una herramienta de cambio.
Cada vez que compramos
algo y pagamos dinero, ya
sean cinco euros o cinco mil,
estamoscontribuyendo al
éxito de esa empresa y sus
métodos de producción. No
se trata de una contribución
anecdótica, todo lo contrario:
es la contribución clave.
Ninguna empresa puede sobrevivir
sin vendersus productos.
Así pues nuestro consumo
decide qué empresas
van a ser las más poderosas.
Pero para saber lo que compramos
debemos disponer
de información y, aunque la
tenemos, nos llegatergiversada
a través de la publicidad.
No hay más que sentarse
delante de la televisión y
veremos como esta publicidad
nos llega rodeada de
suaves y entrañables melodías,
nos habla de los valoresque más apreciamos: la
familia, el amor, la paz, el
éxito, la belleza, etc., y lo
hace de tal manera que
consigue emocionarnos.
Nadie diría que muchas de
las empresas responsables
de estosanuncios son causantes
de la explotación,
humillación e incluso de la
muerte de seres humanos.
Véase el caso de la promoción
de tabaco en los países
empobrecidos.
De hecho, todos los secretos
17publicitarios se resumen en uno:
asociar el producto con lo que
valoramos profundamente. Las circunstancias
reales del producto
son lo de menos. Por ello es importante
plantearnos a la hora de...
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