contabilidad

Por todos es conocida la extrema gravedad de la crisis ecológica planetaria y sus manifestaciones. Pero la crisis ecológica forma parte de una gran crisis de civilización, de la humanidad en su conjunto. Es una crisis sistémica. La humanidad ha llegado a lo que Fritjof Capra llama un punto crucial. Para el budista zen, la causa principal de esta crisis radica en una percepción errónea de larealidad que ha ido surgiendo históricamente en el seno de la conciencia humana y que ha culminado en la civilización occidental.
En los últimos 20 años, se ha hecho patente el daño, tal vez irreversible, que nuestra civilización ha provocado al planeta, poniendo en riesgo no sólo a la civilización misma, sino a la capacidad del mismo planeta para sostener la vida tal como la conocemos. Ahora, lagravedad de los problemas que enfrenta la humanidad
hace necesarias respuestas rápidas y eficaces, pues estamos jugando un juego muy peligroso y el tiempo se
acaba. No se trata de identificar culpables, no parece ya haber tiempo para eso, se trata de identificar quién o
quiénes pueden resolver los problemas y aunque la respuesta pareciera obvia, pues todos en mayor o menor
grado somosculpables, lo que importa ahora es concientizar a las grandes masas poblacionales de los esfuerzos y sacrificios que hay que hacer y organizar estos esfuerzos para lograr darnos una oportunidad de dejar una
Tierra habitable y un lugar digno donde vivir y no sólo para nuestra especie sino para todas aquellas que nos
acompañan en esta que tal vez sea nuestra última aventura.
 
La que tenemosdelante, ¿es una sola crisis o son varias crisis superpuestas (financiera, económica, energética, alimentaria, climática, ecológica y del cuidado de la vida humana)? ¿Por qué casi nadie habla aún de crisis general? Y si es una crisis general, ¿se trata de una crisis sistémica o una crisis de civilización? Recordemos, ahora que de nuevo parece admisible decir esas cosas, aquella vieja idea de que unacrisis sistémica se resuelve con un cambio social dirigido por alguna clase emergente, mientras que en una crisis civilizatoria puede producirse «el hundimiento de todas las clases en pugna».

En esta ocasión prefiero abordar la respuesta desde nuestro proyecto de investigación, dedicado al estudio de las grandes transiciones socioecológicas en la coevolución histórica entre sociedad y naturaleza.Esa investigación analiza la relación entre los flujos de energía y materiales (agua incluida) movidos por el metabolismo social, y el cambio global experimentado en la Tierra por los cambios de uso del suelo derivados de aquel metabolismo económico, un tema que se conoce en la literatura especializada como Long-term Socio-Ecological Research (LTSER) o simplemente Sustainability Science.

Desdeesa perspectiva no hay duda que estamos inmersos en una crisis de civilización. Su rotunda expresión se refleja en el gráfico adjunto, donde el índice de desarrollo humano (IDH) de todos los países se correlaciona con su «huella ecológica» medida por el número de planetas que exigiría generalizar a toda la humanidad su consumo por habitante. El resultado es que todos los países con un IDH superiora 0,8 (el umbral considerado aceptable) tienen un consumo insostenible (pues si se generalizara necesitaríamos más de un planeta Tierra). Los países con un consumo de recursos por habitante ecológicamente sostenible se encuentran sumidos en un nivel de desarrollo humano inaceptable. Las otras crisis importan, sin duda, pero sólo si su resolución comporta alterar esta situación insostenible.Podemos distinguir, a partir de la Segunda Guerra Mundial, tres períodos que conducen a la progresiva interdependencia económica internacional que conllevaron al proceso de globalización, que hoy en día ha desembocado en una crisis del sistema capitalista que incluso implica una crisis de civilización. A partir de esa crisis que se manifiesta hoy, se requiere construir en la práctica y la teoría un...