Contador publico
A la muerte de Su Majestad
Cuando un estado dichoso
esperaba nuestra suerte,
bien como ladrón famoso
vino la invencible muerte
a robar nuestro reposo;
ymetió tanto la mano
aqueste fiero tirano,
por orden del alto cielo,
que nos llevó deste suelo
el valor del ser humano.
¡Cuán amarga es tu memoria,
oh dura y terrible faz!
Pero en aquesta victoria,si llevaste nuestra paz,
fue para dalle más gloria;
y, aunqu'el dolor nos desvela,
una cosa nos consuela:
ver que al reino soberano
ha dado un vuelo temprano
nuestra muy cara Isabela.
Unaalma tan limpia y bella,
tan enemiga de engaños,
¿qué pudo merecer ella,
para que en tan tiernos años
dejase el mundo de vella?
Dirás, Muerte, en quien se encierra
la causa de nuestra guerra,para nuestro desconsuelo,
que cosas que son del cielo
no las merece la tierra.
Tanto de punto subiste
en el amor que mostraste,
que, ya que al cielo te fuiste,
en la tierra nos dejaste
lasprendas que más quesiste.
¡Oh Isabela Eugenia Clara,
Catalina, a todos cara,
claros luceros las dos,
no quiera y permita Dios
se os muestre Fortuna avara!
Miguel de Cervantes Saavedra
Poema ADulcinea Del Toboso de Miguel de Cervantes Saavedra
¡Oh, quién tuviera, hermosa Dulcinea,por más comodidad y más reposo,a Miraflores puesto en el Toboso,y trocara sus Londres con tu aldea!¡Oh, quiénde tus deseos y libreaalma y cuerpo adornara, y del famosocaballero que hiciste venturosomirara alguna desigual pelea!¡Oh, quién tan castamente se escaparadel señor Amadís como tú hicistedel comedidohidalgo don Quijote!Que así envidiada fuera, y no envidiara,y fuera alegre el tiempo que fue triste,y gozara los gustos sin escotes.
Poema El Que Subió Por Sendas Nunca Usadas de Miguel deCervantes Saavedra
«Este soneto hice a la muerte de Fernando de Herrera; y, para entender el primer cuarteto, advierto que él celebraba en sus versos a una señora debajo deste nombre de Luz. Creo que es...
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