Contadora
El patrón oro fue un sistema cambiario y de pagos que alcanzó su máxima extensión y popularidad entre finales del siglo XIX y la Primera Guerra Mundial, cuando la mayoría de los países importantes como Gran Bretaña, EEUU, Francia, Alemania e incluso España lo adoptaron. Consistía en que cada país se comprometía a mantener una paridad fija en términos de oro de su moneda -porejemplo, en el caso de España la paridad era de 31 pesetas por 9 gramos de oro- lo que generaba un sistema de tipos de cambio fijos entre las monedas de los diferentes países. Además, los países participantes aceptaban comprar su moneda a dicha paridad sin restricciones y no limitaban los flujos de capitales entre ellos, de modo que las naciones con superávit de balanza de pagos experimentabanentradas de capitales y los que contaban con déficit veían salidas.
La gran ventaja del patrón oro fue que facilitó seguramente el período de menor inflación de la economía mundial, ya que el crecimiento de la cantidad de dinero dependía de las adiciones de oro al stock existente, que siempre eran reducidas. Por tanto, a diferencia de los sistemas de dinero fiduciario, el crecimiento de la ofertamonetaria venía determinado por el descubrimiento de minas de oro y quedaba más allá de la voluntad de los gobiernos o de los banqueros centrales. Por otro lado, durante esta etapa se dio la mayor expansión conocida del comercio internacional y de los movimientos de capital. Si a esto añadimos que los flujos migratorios nunca fueron tan intensos, el patrón oro se puede decir que impulsó lo que hoyllamamos globalización como nunca en la historia económica del mundo, incluida la etapa actual.
Sin embargo, tal vez la gran ventaja del patrón oro era que proporcionaba un método sencillo de ajuste de los desequilibrios de balanza de pagos. Si un país, por cualquier razón, empezaba a producir mercancías más baratas que sus competidores, entonces sus exportaciones se veían impulsadas al alza y lasimportaciones se reducían, generando un superávit que se saldaba con una entrada de capitales -divisas u oro- que incrementaba su oferta monetaria, lo que vía inflación reequilibraba la balanza de pagos. Lo contrario ocurría con los países con déficit, ya que la consiguiente salida de capitales reducía su oferta monetaria generando tensiones deflacionistas que mejoraban su competitividad y, porende, eliminaban el déficit. En definitiva, en el patrón oro los movimientos internacionales de capitales determinaban las políticas monetarias domésticas y las tasas de inflación relativas, ajustando la competitividad de los países, reequilibrando así de modo natural los desequilibrios externos.
Y se preguntarán ustedes a cuento de qué he traído a colación un sistema monetario que estuvo en vigorhace casi más de un siglo. Y la respuesta es bastante simple; la pertenencia a una unión monetaria -que implica un régimen de tipos de cambio fijos con nuestros principales socios comerciales- junto con la actual restricción de crédito en los mercados internacionales determina un entorno muy parecido al del patrón oro. Y el problema para un país como España es que esta situación nos ha sobrevenidocon un déficit de balanza de pagos de más del 10% del PIB, que es una magnitud difícilmente sostenible. Al igual que ocurría en el patrón oro, en las circunstancias actuales resulta muy complicado mantener dicho desequilibrio, puesto que la financiación externa no está disponible a un coste razonable en tan elevada cuantía. Ello está obligando al sistema bancario español, que ya encuentra muchasmás dificultades en términos de cuantía y coste que antes del inicio de la crisis para obtener recursos financieros en los mercados de capitales, a reducir drásticamente su financiación a los agentes económicos -familias y empresas- que ha pasado de tasas interanuales de crecimiento de cerca del 20% hace un año a crecer a la mitad de dicho ritmo, sin que sea descartable un aumento próximo a cero...
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