contaminacion
Matías era un chico alegre, optimista y simpático. En el colegio nadie recordaba haberle visto enfadar, y a él le daba igual lo que le dijeran, el joven parecía incapaz deinsultar a nadie. Hasta sus profesores se admiraban de su buena disposición para todo, y era tan extraño que incluso se corrió el rumor de que era debido a un secreto especial; y bastó que fuera secretopara que nadie pensara en otra cosa. Tanto le preguntaban al pobre Matías, que una tarde invitó a tomar café a don José Antonio, su profesor favorito. Al terminar, le fue a enseñar su habitación, y alabrir la puerta, el maestro quedó como paralizado, al mismo tiempo que miraba, salió una gran sonrisa que se dibujaba en su rostro.
Observó y las paredes que de fondo lo único que tenían era unenorme collage de miles de colores y formas que inundaba toda la habitación Era el decorado más bonito e impactante que nunca antes había visto. Matías se le acercó al profesor y le dijo: Algunos en elcole creen que yo nunca pienso mal de nadie ni que nada me molesta o que nunca quiera insultar a nadie, pero es mentira. A mí me pasa como a todo el mundo. Y antes me enfadaba mucho más que ningún niño.Sin embargo, hace años con ayuda de mis padres comencé un pequeño collage especial, en él podía utilizar todo tipo de materiales, formas, tipos y colores que quisiera, el fin de todo esto es que concada pequeña pieza pudiera añadir algún mal pensamiento o acción que hubiera sabido contener. El profesor se acercó aún más a la pared para poder observar y era verdad, en cada una de las pequeñaspiezas se podía leer en letra muy pequeña tonto, bruto, pesado, aburrido y otras miles de cosas negativas. Matías sonrió y dijo así que comencé a convertir todos mis malos momentos en una oportunidadde ampliar mi collage. Ahora estoy tan entusiasmado con él, que cada vez que alguien me provoca un enfado o enojo no dejo de alegrarme por tener una nueva pieza para mi collage.
Del collage y muchas...
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