Contrareforma
Roberto caminaba por la noche, mirando su celular, y por ir distraído no divisó a tiempo el peligro. En una esquina se encontraban los integrantes de una pandilla rival.Cuando los vio ya corrían hacia él.
Entonces corrió en dirección opuesta. Sus perseguidores habían bebido bastante, y por eso pudo sacarles buena distancia, sin dejar de estar en peligro. Corrió variascuadras echando miradas sobre su hombro. De repente sintió un dolor agudo en un costado; consecuencia de correr con el cuerpo frío.
Alcanzó a duras penas la cuadra del hospital abandonado. Cerca dela entrada vio que la puerta estaba entornada. Se detuvo, y tomándose el costado que le punzaba de dolor escuchó; ya se oía la carrera de sus perseguidores. Optó entonces por entrar al hospital, yconfiar en que su fama de embrujado hiciera que la pandilla rival no tuviera en cuenta el lugar como posible escondite, que pensaran que él no entraría allí, o que ellos no se atrevieran a ingresar.Entró y cerró la puerta, adentro estaba completamente oscuro. Escuchó como los pandilleros cruzaron frente al hospital, se los oía jadear, ya estaban cansados.
Unos momentos después los oyó volvery murmurar frente a la puerta, para después alejarse por donde vinieron.
Roberto respiró hondo, había pasado un momento de gran peligro. Quiso abrir un poco la puerta para espiar hacia afuera,tanteó el picaporte pero este ni se movía. En la oscuridad en que se encontraba, jaló el picaporte, hizo presión desde arriba, pero nada funcionaba, estaba encerrado; atrapado en un lugar supuestamenteembrujado, del cual se narraban espeluznantes historias de terror.
Se le ocurrió que podría salir por una ventana, pero tras girar la cabeza en la oscuridad se dio cuenta que allí no había ninguna;estaba en una sala de espera sin ventanas a la calle. Encendió el celular, y con su débil luz comenzó a avanzar lentamente. Tenía que encontrar una habitación con ventanas.
Desafortunadamente para...
Regístrate para leer el documento completo.