Contratacion Estatal
Páginas: 11 (2563 palabras)
Publicado: 2 de mayo de 2012
EL RÉGIMEN DE CONTRATACIÓN ESTATAL ANTERIOR A LA EXPEDICIÓN DE LA LEY 80 DE 1993
La consagración de principios constitucionales de imperioso desarrollo no fue la única razón que justificó la expedición de una nueva norma en el campo de la contratación estatal. Ésta se explica también por los defectos que desde su nacimiento, adolecía el Decreto 222 de 1983, norma que regía la materia antes deser expedida la Ley 80 de 1993.
Afirmaban los detractores del Decreto 222 de 1983 que estaba inspirado en ideas obsoletas, ya desechadas por la mayoría de las legislaciones foráneas, que habían perdido su razón de ser, y que dificultaban el desarrollo de los contratos estatales.
A nuestro juicio, dicha opinión resulta excesivamente radical, pues no puede perderse de vista la importancia queen su momento revistió la norma en comento, varias de cuyas figuras y disposiciones fueron acogidas por la Ley 80 de 1993 en la medida en que la práctica administrativa demostró que se trataba de soluciones saludables e idóneas. Empero, no puede pasarse por alto sus desventajas, que pretendieron ser corregidas por la nueva ley, y por ende, que dieron origen a varios artículos de esta última. Deahí la importancia de detenerse brevemente en el estudio de los aspectos más críticos del régimen anterior.
Multiplicidad y dispersión normativa
Durante la vigencia del Decreto 222 de 1983 se aplicaban a la contratación estatal en forma concurrente o simultánea con aquel, distintas normas de diferentes niveles. Prácticamente todas las entidades territoriales y algunas descentralizadas teníansu propio régimen de contratación, a veces disímil y contradictorio con la norma precitada.
Era tal la multiplicidad de normas que se dio el caso de entidades territoriales en las que coexistían -y eran aplicables- simultáneamente varios estatutos contractuales: a manera de ejemplo, baste citar el caso de Medellín, que aplicaba el Decreto 150 de 1983 para los contratos celebrados por elmunicipio; empero, la contratación de las empresas públicas municipales se sometía al Decreto 02 del mismo año, y se encontraba vigente la Ordenanza 96 de 1985 o Código Fiscal del Departamento de Antioquia, contentiva de varias disposiciones concernientes a la contratación administrativa.
La multiplicidad de normas vigentes en materia de contratación estatal durante la vigencia del Decreto 222 de 1983retrasaba y entorpecía el desarrollo de la gestión contractual estatal, porque conllevaba diferencias en los procedimientos y criterios a emplear, sin hablar de las dificultades que surgían para determinar con precisión cuáles normas eran las aplicables, cuáles estaban vigentes, cuáles exencionadas, etc.
Reglamentario y casuista
En países como el nuestro, cuyos antecedentes normativos seremontan a la tradición jurídica hispánica, es casi que psicológica la necesidad de prosopopeyizar y rodear de solemnidades determinados actos porque, equívocamente, se suele atribuir más valor a una actuación entre más formalidades conlleve su perfeccionamiento.
Adicionalmente, ha sido práctica inveterada reglamentar todas y cada una de las conductas y actuaciones, tanto de la Administración comode los particulares, con base en la muy discutible creencia que, entre más específica y concreta sea la descripción contenida en una norma, menos oportunidades habrá para infringirla.
Los dogmas antes enunciados eran bien patentes durante la vigencia del Decreto 222 de 1983, del cual se decía que era un estatuto reglamentarista por el excesivo número de artículos que lo componían, y casuistaporque su nivel de detalle asemejó sus disposiciones a la que caracteriza a los decretos reglamentarios y a las resoluciones administrativas.
La norma comentada reglamentaba ab absurdum cuestiones tales como la definición de los contrato sin necesidad alguna, por cuanto se hallaba en otros textos legales, v. gr., el Código Civil o el Comercial-, las cláusulas a incluir en cada uno de ellos, y...
La consagración de principios constitucionales de imperioso desarrollo no fue la única razón que justificó la expedición de una nueva norma en el campo de la contratación estatal. Ésta se explica también por los defectos que desde su nacimiento, adolecía el Decreto 222 de 1983, norma que regía la materia antes deser expedida la Ley 80 de 1993.
Afirmaban los detractores del Decreto 222 de 1983 que estaba inspirado en ideas obsoletas, ya desechadas por la mayoría de las legislaciones foráneas, que habían perdido su razón de ser, y que dificultaban el desarrollo de los contratos estatales.
A nuestro juicio, dicha opinión resulta excesivamente radical, pues no puede perderse de vista la importancia queen su momento revistió la norma en comento, varias de cuyas figuras y disposiciones fueron acogidas por la Ley 80 de 1993 en la medida en que la práctica administrativa demostró que se trataba de soluciones saludables e idóneas. Empero, no puede pasarse por alto sus desventajas, que pretendieron ser corregidas por la nueva ley, y por ende, que dieron origen a varios artículos de esta última. Deahí la importancia de detenerse brevemente en el estudio de los aspectos más críticos del régimen anterior.
Multiplicidad y dispersión normativa
Durante la vigencia del Decreto 222 de 1983 se aplicaban a la contratación estatal en forma concurrente o simultánea con aquel, distintas normas de diferentes niveles. Prácticamente todas las entidades territoriales y algunas descentralizadas teníansu propio régimen de contratación, a veces disímil y contradictorio con la norma precitada.
Era tal la multiplicidad de normas que se dio el caso de entidades territoriales en las que coexistían -y eran aplicables- simultáneamente varios estatutos contractuales: a manera de ejemplo, baste citar el caso de Medellín, que aplicaba el Decreto 150 de 1983 para los contratos celebrados por elmunicipio; empero, la contratación de las empresas públicas municipales se sometía al Decreto 02 del mismo año, y se encontraba vigente la Ordenanza 96 de 1985 o Código Fiscal del Departamento de Antioquia, contentiva de varias disposiciones concernientes a la contratación administrativa.
La multiplicidad de normas vigentes en materia de contratación estatal durante la vigencia del Decreto 222 de 1983retrasaba y entorpecía el desarrollo de la gestión contractual estatal, porque conllevaba diferencias en los procedimientos y criterios a emplear, sin hablar de las dificultades que surgían para determinar con precisión cuáles normas eran las aplicables, cuáles estaban vigentes, cuáles exencionadas, etc.
Reglamentario y casuista
En países como el nuestro, cuyos antecedentes normativos seremontan a la tradición jurídica hispánica, es casi que psicológica la necesidad de prosopopeyizar y rodear de solemnidades determinados actos porque, equívocamente, se suele atribuir más valor a una actuación entre más formalidades conlleve su perfeccionamiento.
Adicionalmente, ha sido práctica inveterada reglamentar todas y cada una de las conductas y actuaciones, tanto de la Administración comode los particulares, con base en la muy discutible creencia que, entre más específica y concreta sea la descripción contenida en una norma, menos oportunidades habrá para infringirla.
Los dogmas antes enunciados eran bien patentes durante la vigencia del Decreto 222 de 1983, del cual se decía que era un estatuto reglamentarista por el excesivo número de artículos que lo componían, y casuistaporque su nivel de detalle asemejó sus disposiciones a la que caracteriza a los decretos reglamentarios y a las resoluciones administrativas.
La norma comentada reglamentaba ab absurdum cuestiones tales como la definición de los contrato sin necesidad alguna, por cuanto se hallaba en otros textos legales, v. gr., el Código Civil o el Comercial-, las cláusulas a incluir en cada uno de ellos, y...
Leer documento completo
Regístrate para leer el documento completo.