(Contreras) Mario Crocco en neurobiología y psicofísica: psiquismo; cerebro; neurociencia; física; relativídad, Lorentz; biofísica cerebral; biología; memoria; amnesia; evolución: biósfera; filosofía
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Prof. Dr. Norberto C. Contreras *
Algunos aportes de Mario Crocco
a la neurobiología y psicofísica
* MD, Neurochirurg, Neurologe. Assistenzprofessor in der Abteilung für Neurochi‐
rurgie, Medizinische Fakultät der Universität von Buenos Aires, und O. Professor in der Abteilung für Doktoratsarbeiten in Psychologie, Psychologische Fakultät der Ar‐
gentinische Universität John F. Kennedy. — Doctor en Medicina, neurocirujano, neu‐
rólogo. Docente en Neurocirugía de la Cátedra de Neurocirugía, Facultad de Medi‐
cina, Universidad de Buenos Aires y en Psicología del Departamento de Doctorado,
Facultad de Psicología, Universidad Argentina John F. Kennedy
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Prof. Dr. Norberto C. Contreras
Algunos aportes deMario Crocco a la neurobiología y
psicofísica
Ein Festschrift zum 62. Geburtstag am 20. Februar 2008
La guerra por recuperar "su" puerto
Para los años de 1940, el ʺprogresoʺ había embretado a Santos Lugares de
Rosas entre ferrocarriles. Las vías férreas apuntaban todas a un punto de
atracción, unas leguas más allá: al puerto de Buenos Aires, en el Río de la Plata.
Estuario, en realidad, más que río: abierto al comercio ultramarino. Ahí el
ruidoso tráfago porteño transbordaría los productos del interior lejano siem‐
pre comprados baratos, traídos por una admirable red de trenes de carga in‐
gleses, a los buques que habrían de venderlos en Europa, siempre caros. Po‐
cos de esos trenes se detenían en las playas de maniobras ferroviarias cerca‐nas a Santos Lugares. Cuando lo hacían, dejaban algunos frutos del país para
consumo de los ʺrecursos humanosʺ del estado exportador (ʺconsumo inter‐
noʺ), cuyos mediocres precios arrojaban menos ganancia. Otrora esas ʺplayas
de maniobras ferroviariasʺ habían sido escena de diferentes maniobras.
Habían sido teatro de los ejercicios de las tropas federales de don Juan Ma‐
nuel, finalmente derrotadas por Inglaterra muy cerca nomás, en Caseros, el
luctuoso tres de febrero de 1852, merced al infame traidor Urquiza, abundan‐
tes armas modernas, mercenarios europeos y veintidós mil esclavos brasile‐
ños. Los triunfadores disfrazaron los recuerdos con miles de eucaliptos aus‐
tralianos, prensa para la clase mandante, nombres nuevos. Pero noventa años después, en los Santos Lugares que languidecían olvidados entre vías, la me‐
siánica espera del Restaurador revivía a diario, entre vidalas, cielos y la mú‐
sica de Blomberg y Maciel; nietos longevos de la Mazorca aún repetían anéc‐
dotas de la epopeya federal y prevenían a sus descendientes contra el ʺpro‐
gresoʺ para beneficio ajeno; todos se estremecían y muchos se santiguaban al pasar por el ombú donde hubo que fusilar a aquel sacerdote sacrílego, y sólo
el gringaje recién venido compraba terrenos y levantaba casas donde fuera
campo de batalla. Unos años después, en 1955, ni los chicos dejarían de en‐
tender qué procuraba la antipatria en Gloster Meteor 1 cuando, al ir a bom‐
bardear Plaza de Mayo, los sobrevoló tronando …
1
Un sobrino nieto del mariscal Francisco Solano López, Héctor PedroBlomberg
(1889-1955), y el guitarrista Enrique Maciel (1897-1962) fueron coautores de reso-
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Bichólogo
Mario Crocco creció en Santos Lugares de Rosas pulsando la naturaleza,
que la miopía le permitía registrar en detalle. Pastizales, gallineros, un bos‐
quecillo cercano, húmedos muros derruídos, óxido y erosión en las balas
desenterradas del solar de la batalla, componían su edén. Se extasiaba con‐
templando el trajín de avispas, hormigas y moscones, brincaba con un tul
sostenido a una caña con alambre, cazando langostas, libélulas e isocas que
soltaba alegremente al terminar de examinarlas; buscaba parásitos en estiér‐
coles caballares y deyecciones de perros, gatos – o lo que fuera; juntaba lar‐...
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